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Thriller de original ambientación y buenos actores, desaprovechados por un guión manido y previsible.
The Game es una miniserie de seis capítulos producida por la BBC, estrenada en 2014 por BBC América y que en España se puede ver a través de la plataforma wuaki.tv, como anunciábamos anteriormente. Un intenso thriller sobre espías ambientado en los años 70, en plena guerra fría. Londres de fondo, espías soviéticos, Tom Hughes de protagonista… y no he sido capaz de terminarla.
Dos capítulos conseguí ver. No tuve fuerzas ni ánimo para ponerme con el tercero. Y llevo unos días dándole vueltas a qué falla para que no tenga el más mínimo interés en continuar la serie. Y leches, no lo entiendo. El sello BBC está presente; la ambientación está más que cuidada, detallista y perfeccionista, desde los escenarios hasta el vestuario. La atmósfera años 70 está sobradamente conseguida. Me encanta y me alegra ver a Jonathan Aris (a.k.a el doctor Anderson de Sherlock) haciendo un papel secundario a medio camino entre el personaje de Doyle y el suyo propio en la serie. Ya que los menciono, el elenco de actores funciona en líneas generales de forma correcta: todos resultan creíbles, sin excepción, lo que ayuda a la coherencia interna. Bravo por ese lado.
Entonces… ¿dónde está el problema? Tras mucho pensarlo por fin he llegado a una conclusión que me parece plausible: el problema está en la historia misma. The Game está bien narrada, sí, pero no presenta nada original ni novedoso, más allá de su ambientación. Los mecanismos que usa están más que vistos en otras series y películas del género, sin que su desarrollo consiga enganchar. Como ejemplo el personaje principal, Joe Lambe (Tom Hughes). Su pasado –por el que está torturado pero lo lleva con cara estoica– lo persigue. Al comienzo de la serie ese pasado (en el que por cierto, hay una mujer, ¡sorpresa!)+ y la oportunidad de cerrar esa herida se le presentan, abriéndose la disyuntiva de tener que elegir entre su ‘guerra’ personal o el cumplimiento de la misión. ¿Original? No. ¿Previsible? Bastante.
Que puede que me equivoque, ojo. Puede que The Game tenga un giro de guión sorprendente y que se salga del estereotipo de su género. Pero el planteamiento inicial no es atrayente. Tampoco ayuda la, quizá, cantidad excesiva de personajes que se intenta desarrollar con tan solo seis capítulos. En los dos capítulos vistos no me ha quedado claro si la trama principal es la amenaza soviética, las guerras internas del grupo de espionaje, el desarrollo de tal o cual personaje… demasiados datos mal planteados para tan poco tiempo.
Por último, un punto a su favor. Que, paradójicamente, perjudica a la serie. Con lo que más he disfrutado ha sido con los golpes de humor puestos para rebajar la tensión de la trama de espionaje, deseando muchas veces que la serie entera tuviese ese tono humorístico. La mención especial se la lleva Paul Ritter como Bobby Waterhouse, un perfecto caballero inglés, y su posesiva madre. Entre ellos queda la siguiente perla de diálogo (traducido al castellano, mi transcripción al inglés es pésima):
+Por Dios mujer, solo quería hablar contigo, decirte cómo me encontraba.
–¡Bueno, pues no lo hagas! No somos españoles.
Épico.
Conclusión sobre The Game: la serie es sólida y los personajes funcionan. Su calidad es indiscutible. Pero, tan colapsado como está el mundo seriéfilo de series policíacas y de intriga, se antoja necesario algo más, un plus en el guión que le falta. Los amantes del género la disfrutarán. Los amantes de lo británico, la disfrutarán bastante rato. El resto… quizá.
Puntuación global: 6
Ambientación: 8
Guión: 5
Fino humor inglés: 9
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