Uno de los estrenos de la temporada estadounidense ha sido ‘Here and Now’, la nueva serie de Alan Ball, creador de ‘Six Feet Under’(A dos metros bajo tierra) y ‘True Blood’, y nuestros compañeros de #BirraSeries nos invitaron a un coloquio en colaboración con HBO en el que discutimos la carrera de este más que prolífico genio de la televisión americana. Todo con una cerveza en la mano, claro está.

Esta serie, que supone el regreso de Ball a HBO tras su mudanza a Cinemax para hacer Banshee’ (viva los peluqueros hackers), cuenta con toques muy habituales para los que hemos seguido su carrera tras ‘American Beauty’: de ‘Six Feet Under’ nos trae a una familia perfecta que no lo es, y de ‘True Blood’, una especie de trama sobrenatural que tenéis que ver desarrollarse.

Pongámonos en situación: nos encontramos con una familia de clase media alta de Portland, que son la viva personificación de la campaña de marketing de Benetton. Dos padres blancos muy modernos y muy progres, que adoptan a un niño de origen asiático, una niña africana y un niño de Sudamérica, además de su hija pequeña, que es la única biológica del pack. Sí, cada uno de los niños entra dentro de una de las minorías de la sociedad estadounidense. Así de progres son.

Encuentra las siete diferencias entre esta imagen y la campaña de este invierno de Benetton.

Pasan 20 años y los niños ya son adultos, o casi adultos. Y ahí es dónde empieza la serie, con una escena de un sueño más bien turbadora que nos da pistas de la trama sobrenatural que ya va a tener un momento desde el primer episodio. Pero, por mucho que haya elementos sobrenaturales, es una serie que parece que se toma muy en serio. Es más, parece que esta gente solo sabe hablar de cosas importantes.

Menciones a la era Trump a tutiplén, presencia del complejo de culpa del americano progresista en muchos de sus diálogos, manifestaciones a las puertas de Planned Parenthood y hasta una escena en la que se ve cómo de diferente puede ser la experiencia en una comisaría dependiendo del color de tu piel son algunos de los momentos que nos dejan claro que Alan Ball quería mostrar a la sociedad americana, aunque ha terminado creando una familia que está más desconectada de esta sociedad que otra cosa. En serio, hasta los hijos son demasiado clase media alta y demasiado “blancos” de mentalidad como para hacernos creer que reflejan a las minorías a las que supuestamente pertenecen.

Pero que esto no os tire para atrás. ¿Queréis una serie con personajes bien construidos, excelentes diálogos (aunque a veces un poco pedantes) y buenas interpretaciones? Esta es tu serie. También te vas a llevar de regalo las explícitas escenas de sexo que son casi mandatorias en la HBO (solo os diré cabeza de caballo). Además, también le tenemos que reconocer cierto mérito por la inclusión de una familia musulmana con un hijo de género fluido, por mantener la temática LGTB que es tan predominante en sus trabajos y por reflejar una vez más los sumamente medicados (en este caso, drogados) que están los estadounidenses.

Cara que se te queda al ver la última escena de sexo del primer episodio.

El personaje interpretado por Tim Robbins, filósofo en horas bajas y patriarca de la familia, es el que menos interesante parece. No es que su interpretación sea mala o tenga malos diálogos, sino que creo que ninguno somos capaces de recordar cuántas veces hemos visto una trama similar: hombre blanco, heterosexual, con una crisis de mediana edad. Vamos, que está a un paso o de cortarse las venas o de comprase un descapotable rojo. Esperemos que al final no sea ninguna de estas dos opciones.

Con mi gran predilección por las matriarcas de Ball gracias al gran personaje de Ruth en ‘Six Feet Under’, habrá que ver cuánto da de sí el personaje de Holly Hunter, que ya empieza a mostrar sus grietas en el papel de mujer y madre “pihippy”, como diría Marisa en “Aquí no hay quien viva”.

Sobre los hijos, los cuatro tienen sus propias tramas personales, ya sea la búsqueda de identidad de Kristen, la negativa de Duc a tener relaciones o la aceptación de sus orígenes africanos de Ashley. Ramón, niño bonito de la familia y sobre el que pesa la trama sobrenatural, va ganado más importancia con el paso de los capítulos.

Si ya sois fans de Alan Ball o lo sois sin saberlo, estoy casi segura de que o ya estáis viendo ‘Here and Now’ o llegaréis a ella tarde o temprano. Yo solo puedo recomendárosla, esperando que este buen comienzo dé lugar a una nueva serie de culto marca Alan Ball.