Todos los que vemos realities sabemos que en general su público se compone de dos tipos de personas. Por un lado están aquellos que se creen total y absolutamente el cuento que venden, en todos sus detalles (no, de verdad, existen). Y luego estamos los demás, que sabemos que la realidad de los realities es relativa, y que nos da igual, porque es todo mucho más interesante así. Y así, los que disfrutamos enormemente de realities sin necesidad de creernos todo lo que nos cuentan, sabemos que si hay algo que tiene que ser especialmente maravilloso, eso son todos los enredos, tejemanejes y manipulaciones varias que se tienen que dar detrás de las cámaras.
Y UnReal precisamente aprovecha y se centra en eso justamente, ya que nos traslada a la producción de un reality llamado Everlasting, y que vendría a ser algo así como el equivalente de The Bachelor, con prácticamente todos sus detalles; incluido, cuentan, un creador que claramente recuerda al del propio reality.
Una vez que tenemos todo esto, en realidad lo que tenemos es un fondo maravilloso para desarrollar en él un culebrón bastante al uso, lo que por supuesto no es ni mucho menos malo. Enredos, líos, peleas de gatas, productoras malvadísimas y mucha mala leche son cosas que nos vamos a encontrar en todos sus episodios. Y a estas alturas del año la verdad es que se agradece enormemente. Porque los culebrones de prime time tendrán su mala (y buena) fama, pero lo cierto es que funcionan, que entretienen y que hacen que todo en la vida sea un poco mejor. Y nosotros no sabemos qué haríamos sin ellos.
Claro que, como digo, no es eso lo que realmente hace interesante a la serie. Es decir, aquí nos encantan los culebrones, y un culebrón entretenido más siempre será bienvenido. Pero como alguien que ve habitualmente realities, es el fondo del programa lo que más me interesa, lo que le da un punto especialmente original y entretenido.
Conste que nunca he llegado a ver The Bachelor, y que de hecho todo lo que he visto relacionado con el programa ha sido al último susodicho moviéndose como elefante en una cacharrería por la pista de baile en Dancing With the Stars. Pero sí he visto otros programas en los que la mano de los productores se nota que va en el mismo sentido que la de los maravillosa y turbiamente manipuladores productores que protagonizan UnReal.
Y vaya por delante que no, no creo que UnReal esté dando una versión real de lo que ocurre detrás de las cámaras en un programa como The Bachelor. No al 100%. No creo que todos los productores sean el demonio, ni creo que el drama y la manipulación y el ser tan absolutamente rastreros sea algo así tal cual. De verdad que creo que detrás y delante de cada reality hay, al fin y al cabo, personas. Lo que no quiere decir que no haya manipulación ni formas turbias y cuestionables de tratar a toda persona envuelta en ellos, al menos de vez en cuando. Es decir, uno de mis realities favoritos es ese esperpento trash llamado America’s Next Top Model, donde me creería total y absolutamente un detrás de las cámaras clavado al que nos vende UnReal. Y qué decir de los genios del mal detrás de esa maravilla llamada The Glee Project, el reality donde Ryan Murphy se divertía cada semana ingeniando nuevas maneras de torturar a sus concursantes. Pero en general creo que los realities son una mezcla de todo, y es parte de lo que me gusta de ellos. Aunque, evidentemente, aquí eso es lo de menos. Porque el que sea o no totalmente fiel a la realidad es algo que me da totalmente igual (de nuevo, me creo parte de ello. Esa promo al final del segundo episodio es una explicación perfectamente razonable de de dónde salen las promos de nuestros realities habituales). Es este extremo lo que hace que la serie funcione tan bien, y lo que da tantísimo juego. Y es de este extremo de lo que pido más y más, y lo que hace que UnReal se esté ganando a pulso convertirse en mi serie favorita del verano.
UnReal es una exageración con trazas de verdad que resulta, ante todo, entretenidísima. Es un culebrón veraniego que promete darnos todo lo que le pedimos. Nos da todo lo que le pedimos a nuestros realities más trash, con sus villanas y sus peleas de gatas, y a la vez nos da todo lo que le pedimos a nuestros culebrones más trash. Siendo al mismo tiempo perfectamente consciente de lo que es y tomándose a sí misma en serio justamente en la medida adecuada. Y teniendo suficiente fondo y mala leche como para ganarnos completamente.
Ahora que estamos en verano y apetece ver cosas ligeras, y hasta que vuelva ese maravilloso desastre que es ANTM, UnReal nos va a funcionar muy bien para pasárnoslo estupendamente. Y yo no podría estar más agradecida.
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