Como ya sabéis, America’s Next Top Model es uno de esos imprescindibles en el mundo realitiero. Para empezar, es un reality muy entretenido, cuyo punto de partida directamente se basa en que te alegres la vista con sus concursantes y a veces hace que incluso entres del todo en él, eligiendo favoritos y gente a la que te encanta odiar. Es, además, un reality que hace muy bien el trabajo de casting, de forma que siempre se las apañan para juntar a todas las personalidades explosivas necesarias para crear un maravilloso trainwreck del que es imposible apartar la vista. Y todo ello hace que sea imprescindible desde un punto de vista absolutamente mamarracho, y que se encuentre entre los grandes en toda lista de realities trash, algo por lo que igualmente Tyra debería estar orgullosa.

Esta temporada, que tristemente (muy tristemente) será la última, de todos modos, ha ido un poco más allá. No solo está siendo una temporada entretenidísima por reunir todas esas características que comentaba antes, sino que cuenta entre los aspirantes a modelo con un chico sordo. Hasta ahí, todo bien. Ni siquiera es la primera vez que ANTM, un programa que, para bien o para mal, siempre ha sido tremendamente diverso en su casting, cuenta con concursantes con discapacidades. Pero lo cierto es que esta es, al menos de las que he visto, la vez en que mejor lo están aprovechando.

Para empezar, ANTM deja muy claro que Nyle está ahí por razones obvias: porque está absolutamente tremendísimo. Y eso es lo principal. Porque las cosas como son, el programa de Tyra lo vemos por las razones por las que lo vemos, y Nyle constantemente descamisado por ninguna razón en concreto es lo que podría considerarse una razón de peso.

Pero además le muestra a su público una realidad sobre la que habitualmente pensaría muy poco. Y se la muestra de forma que consigue que le interese (y ya sé que es la tontada y que durará lo que dure, pero a más de uno le ha dado por proponerse aprender ASL y conocer un poco más acerca de la cultura sorda a base de enamorarse de Nyle en ANTM). Y, sobre todo, lo ha hecho con una naturalidad que consigue que mucha gente caiga en cosas que hace mal y que no debería hacer. Y de este modo, normaliza de una manera perfectamente sencilla, y deja muy claro que situaciones que podrían parecer normales y aceptables, o que podrían resultar normales y aceptables a buena parte del público de ANTM, no son aceptables.

Un ejemplo de ello es el incidente del teléfono, que ocurrió hace unas cuantas semanas. Para poder comunicarse y seguir las conversaciones cuando no está su intérprete, Nyle tiene una aplicación en el teléfono, de forma que tiene el móvil siempre encima. Y claro, a algunos de los concursantes, tan lumbreras ellos, se les ocurrió cogerlo para hacerse fotos, aislándolo así de todo lo que estaba ocurriendo. Cualquiera con dos dedos de frente puede entender por qué eso es algo que nunca hay que hacer, y de hecho a alguno de los otros concursantes también se lo pareció, pero por si no le quedaba a alguien claro, el programa dejó bien claro quién estaba haciendo algo mal ahí y por qué.

Del mismo modo que muestran como alguien negativo que la mayoría de los demás no se moleste en aprender lo básico de ASL, o en hacer un pequeño esfuerzo por facilitar la comunicación, cuando él está haciendo un esfuerzo por comunicarse con los demás. Sin utilizar necesariamente estas palabras, todas estas situaciones y el propio Nyle están dando pequeñas lecciones sobre el modelo social de discapacidad, que dice que es precisamente la sociedad la fuente de la discapacidad a través de barreras y actitudes negativas. Y está llegando a un público al que habitualmente le importaría muy poco.

Completa la lección improvisada y natural la forma tan sencilla y lógica en la que van adaptando las pruebas a él, sin que suponga un drama ni un tremendo esfuerzo para nadie. Porque al fin y al cabo es tan sencillo como Tyra o Yu Tsai buscando otra manera de comunicarse igual que la buscan con el resto. Y, por favor, si Tyra y, sobre todo, Yu Tsai pueden hacerlo sin despeinarse, lo que está claro es que todos podemos.

Como ya he dicho, que conste que esta no es la primera vez que ANTM tiene concursantes con algún tipo de discapacidad, que al fin y al cabo este es un programa que otra cosa igual no, pero diverso en su cast siempre ha sido un rato. Pero sí que es la primera vez que situaciones, protagonista y mensaje funcionan juntos igual de bien. En definitiva, ANTM está dando lecciones de forma totalmente integrada en el programa. Es solo una historia más, que se mezcla con otras, pero que da un punto de vista que, salvo que busquemos y nos informemos, no suele estar disponible. Y todo ello sin eliminar dramas y mamarrachismos de una temporada que está resultando ser especialmente buena. Porque al fin y al cabo el reality de Tyra Banks es exactamente lo que es y si algo bueno nos queda es que va a despedirse con una temporada de las que se disfrutan en absolutamente todo.

Si es que cuando os dije que ANTM merecía la pena, no teníais ni idea de hasta qué punto tengo razón. Y, ya que estamos, si las razones que os di para verlo seguían sin pareceros suficientes, Nyle Dimarco usando ASL en todos los episodios estando descamisado constantemente y sin razón aparente debería ser razón más que suficiente.