Hace ya prácticamente un año que me encontraba en una casa nueva con compañeras que casi no conocía, así que intentamos buscar algunas series para ver en común y pasar tiempo juntas. Juego de TronosFriends… Sí, series buenas, pero típicas. Así que como uno de los caprichos del destino que nos habían unido era el hecho de tener compartido en facebook el mismo post sobre Harry Potter (ohhh, insertar meme de puke rainbows) me pareció buena idea proponer The Magicians, y maldita la hora.

¡SPOILERS!

Nos la habían vendido como una Harry Potter para adultos y, ahora que Hermione anda liada con sus cosas entre Panamá y la bestia, era el momento de creer en otro tipo de magia. ¡Pero no! Lo siento, me niego a seguir creyendo que The Magicians es como Harry Potter. ¿Hay magia? Sí, ¿es una especie de colegio/internado? También ¿… … …? Deja de contar. En todo lo demás diría que es más bien una mezcla entre niños que sueñan con Narnia y escenas que te hacen desear no estar recenando en el momento en el que le explotan la cabeza al pobre conejo. Todos y cada uno de los capítulos tienen algún momento a lo Saw que hacen que la serie se aleje bastante de lo que podría ser un universo a lo Harry Potter infantil.

Aún así es cierto que, aunque en vez de  varitas y un wingardium leviosa tienen unos movimientos un tanto trambolikos de manos que todavía no he decidido si me terminan de convencer o no, la magia es la magia, y a todos los que hemos soñado con ello nos enamora, aunque pongamos una cara de asco hasta el suelo mirando la pantalla.

Hablando de cara de asco (qué bien hilo), ¿de verdad hay gente a la que le gusta Julia Wicker? ¿Existís? Venga, el que soporte a Julia Wicket que tire la primera piedra.

Llora nena, llora, llora…

Tampoco creo que sea culpa de Stella Maeve, simplemente es un personaje odioso, como April o Lindsay. Y mira que al comienzo nos la intentan pintar como una pobre chica a la que su amigo deja tirada con una excusa de mierda: no estar destinada a ir a Brakebills por no haber sufrido ni merecérselo tanto como él. Eso nos parte un poquito el corazón, nos lo parte incluso hasta el punto de pasearse por mi cabeza el hecho de quererla y adoptarla, porque pobre, su amigo viviendo su sueño y ella allí tirada y muy perdida.

Pero que no nos engañen, que para eso ya tenemos las fotos de anuncios de hamburguesas. Julia podría haber seguido muchos caminos, incluso le avisan más de una vez de que se está metiendo en problemas, pero si los personajes fuesen siempre tan buenos y se quedasen en casa la cosa no tendría gracia, así que decide unirse a un grupo de magia muy mafioso y caer en las redes de Marina.

Mientras Quentin (Jason Ralph), Alice (Olivia Taylor Dudley),  Eliot (Hale Appleman) y Margo (Summer Bishilvan aprendiendo magia como quien estudia fundamentos en la universidad, Julia utiliza la magia de una forma más… ¿callejera? Porque, para ser sinceros, una vez que sabes que puedes hacer todo lo que te propongas, la vida sigue, y si puedes sacar dinero del cajero sin tener ni tarjeta de crédito, pues oye, qué de ventajas.

Lo malo es que la chica se nos emociona y, como una niña el día de reyes   como una niña que descubre que puede usar la magia, se pierde en la inocencia y el subidón y en ningún momento piensa que puede ser mala idea hechizar a su amigo con el truco que le da una maga que acaba de conocer y que más bien parece Al Capone. Obviamente Marina la utiliza para recuperar su memoria y, sola y abandonada, decide que ya que dinero no necesita, pues se va a prostituir a cambio de nuevos trucos para poder encontrar lugares protegidos en los que se practique magia con la misma desesperación de quien está enganchado a las drogas.

Parece que el hecho de casi matar a Quentin no es suficiente parar darse cuenta de que Marina no merece la pena, y decide que es muy buena idea robarle el resto de sus hechizos sin pensar que pueda tener alguna trágica consecuencia, porque claro, ella es la mejor y tiene sed de magia. Así que después de ver desangrarse a la pobre mujer de la forma más bestia, decide que ha llegado el momento de desengancharse. Pero la tentación siempre anda cerca, y si te prometen que los dioses van a ayudarte, por qué dudar, si total, solo te han salido mal todas las cosas que has hecho hasta el momento.

Así que vuelve a caer en las redes de una vírgen/ser mágico que poco se parece a los unicornios. La diosa se le aparece y le pide que le lleve 3 regalos (en este punto sigo sin tener claro si es que la chica es tonta o tan inocente que en el fondo deberíamos adoptarla) y como una buena reina maga, cumple con su misión. ¿El resultado? Terriblemente agradable, con violación incluida.

A punto estamos de perdonarla del todo (otra vez) cuando descubrimos que lo han intentado 40 veces, que ha seguido 39 el buen camino, pero que ella debía ser la variante, la salvadora, y que por eso ha sufrido tanto, pobrecita. Pero entonces Julia Wicker pasa de nuevo a la acción, ¿para qué salvar a tus amigos si puedes dejar que los maten y después hacer un trato con el malo al que llevan buscando toda una temporada?

Mala idea Jules, mala idea.