¿Un tío de 40 años haciendo de una adolescente de 17? ¿Pero esto qué leches es? Pues es lo que te vas a encontrar en Ja’mie: Private School Girl. Y ese tío de 40 años es, en realidad, un cómico australiano llamado Chris Lilley que antes de esta serie ya tenía otros programas del mismo tipo en la ABC australiana donde interpretaba a varios personajes, entre ellos Ja’mie. Sólo era cuestión de tiempo que se decidiese a darle su propia serie.
Ja’mie es una adolescente malcriada, caprichosa, elitista y egoísta. Hija de padres ricos, se lo han dado todo mascadito a lo largo de su vida. Acude, como imaginaréis, a un colegio privado en donde tiene una pandillita de amigas que la siguen a todos lados y que forman junto a Ja’mie el grupo de “Las prefectas” (que no perfectas). Están en su último año antes de marcharse a la universidad y actúan un poco como las líderes de todo, se meten con aquellas alumnas que no consideran a su altura, van a fiestas junto a los chicos más populares del colegio privado masculino que tienen al lado, organizan algún que otro evento con el beneplácito de los profesores y alguna cosa más. Porque, curiosamente, los profesores tienen a Ja’mie en muy buena consideración y la reconocen como una alumna ejemplar. Es chocante porque Ja’mie es una auténtica bitch. De manual, de esas que queremos porque son tan malas que las odiaríamos en la vida real.
La serie es rara porque cuando la empiezas no sabes muy bien cómo tomártela. Es muy extraño ver a un tío de 40 años interpretar a una adolescente de este tipo porque es incluso ¿creíble? Inquietantemente creíble. Y el humor es, por momentos, muy incómodo; teniendo en cuenta lo mimada, egocéntrica, racista y clasista que es Ja’mie (una joya, vamos). A ver, si hasta la muchacha se ha puesto ella misma el apóstrofe en el nombre para molar más y ha acuñado expresiones como quiche (que significa muy sexy) y ja’miezieng. Como dato, Ja’mie cree que es increíblemente atractiva, una barbaridad. Y cuando ves a Lilley bailando “sexy”, con esos vestiditos, contoneándose rollo diva… Es todo mucho más raro aún.
Ja’mie: Private School Girl está a caballo entre el mamarrachismo y la parodia pura. En cierta manera, si la entiendes así, es una pequeña joya. Sé que hay gente a la que le resulta una serie patética… Pero por favor, riámonos un poco. No hay que tomársela en serio. Está grabada en modo falso documental y eso nos recuerda mucho a estos típicos programas de la MTV como “My Super Sweet 16” o “16 and Pregnant”. Es como si Lilley se estuviese riendo de todas esas niñas malcriadas que copan la parrilla televisiva.
Hay que tener en cuenta que existen momentos que pueden dar mucha vergüenza ajena. Es muy raro (insisto) ver a un tío de 40 años actuando como una niñata, dándose el lote con tíos quiche, sentándose en el regazo de su padre para pedirle cualquier tontería o cotilleando con sus mejores amigas del palo “like seriously, whatevs, YOLO”. Por eso debes dejarte llevar por tu corriente más guilty pleasure para intentar entrar en la serie, por surrealista que parezca todo. Porque en serio, si terminas entrando, te vas a mear de la risa.
Advertencia: Ja’mie: Private School Girl no es para todo el mundo. O la amas o la odias. No hay término medio.
Puedes ser el primero en comentar :)