Los que me conocéis un poco, a estas alturas de la vida ya sabéis que, con permiso de Survivor, es So You Think You Can Dance el reality que, en sus mejores momentos, me ha dado más en toda mi vida realitiera. Habiéndome visto todas las ediciones de la versión USA (así como las de la australiana y, en una de las peores decisiones de mi vida, una temporada de la británica), he acabado cogiendo cariño a muchos de sus bailarines y coreógrafos como si fueran de mi propia familia.

Así pues, obviamente cuando anunciaron que iban a hacer un reality protagonizado por Travis Wall, bailarín y coreógrafo del programa (y, de hecho, uno de los coreógrafos más interesantes que han salido en el programa, si me permitís decirlo, aunque aún le quede mucho camino por delante) ya sabía que iba a verlo enterito y sin perderme ni un segundo. Y obviamente así fue. El reality, que gira un poco alrededor de Shaping Sound, la compañía que fundó este junto a Teddy Forance y Nick Lazzarini (que también fue concursante en sytycd, por cierto, y tremendamente infravalorado, si me preguntan), y cómo iban comenzando a darla a conocer y a ir, de alguna manera, formándola realmente.


Obviamente, y para los que conozcamos un poco la coreografía de Travis, el baile es claramente un aliciente para ver este reality, ya que, aun compartiendo el foco de atención con otros aspectos realitieros, era un elemento central del mismo. Y uno que, por supuesto, continúa siendo una pasada. Vamos, que si habéis visto actuaciones de Shaping Sound, por ejemplo, en Dancing With The Stars, o conocéis el estilo de Travis, sabéis qué es lo que os vais a encontrar. Y en ese sentido no os va a decepcionar.

Pero además, All the Right Moves tenía el aliciente de ver a personas/personajes que conocíamos en un contexto (no solo Travis y Nick, sino todos los demás, con los que en más de una ocasión los hemos visto interactuar) en un contexto distinto, con un puntito un poco mamarracho. O bastante mamarracho. Un contexto que, por cierto, incluye muchos de los elementos realitieros habituales, como son las discusiones mamarrachas o las niñaterías varias. Y como ya íbamos sobre aviso, no nos iba a estropear nada ver a Travis en sus momentos más de niñatería absoluta, porque esos ya nos los conocíamos. Y hasta podemos entretenernos infinitamente viendo las situaciones absurdas en las que acaba muchas veces con tal de ser el centro de atención.


Pero además sirvió para darles un poquito más de cancha a dos de los bailarines, personas y personajes más injustamente infravalorados de sytycd. El primero de ellos siendo, por supuesto, Nick Lazzarini, que además es el mejor amigo de toda la vida de Travis, y alguien que en los episodios nos servía como una especie de toma de contacto relativa con la realidad, puesto que era adorablemente consciente del mamarrachismo de su amigo. Siempre de una forma divertidísima y haciendo que nos enamorásemos más y más de él a cada episodio. Y la segunda de esos injustamente infravalorados en sytycd que tiene sus momentos de gloria en All the Right Moves es Jaimie Goodwin, que probablemente es de las bailarinas con mejor técnica que han pasado jamás por el programa, pero que además aquí consiguió mostrarnos una personalidad que hace que queramos ser sus mejores amigos.

Con todo esto, All the Right Moves acaba siendo un reality tremendamente entretenido, especialmente para todos aquellos seguidores de So You Think You Can Dance. Y, si bien a muchos de los que no conocen demasiado sytycd tampoco les aportará mucho, a todos aquellos que han seguido este programa temporada a temporada, o al menos en parte, no puedo no recomendárselo.