Hay series que nos llegan muy hondo, series a las que extrañar mucho sus temporadas y que forman un vacío irremplazable, y series que por su gran historia, actuaciones y grandes emociones vemos sus temporadas en uno o dos meses. Series como Breaking Bad (la cual vi sus primeras cuatro temporadas en menos de un mes por su extraordinaria calidad); no se podía acabar un episodio sin empezar inmediatamente el siguiente.
 
Este fenómeno también sucede con Sons of Anarchy. En mi caso fue la participación de Ron Perlman y Kim Coates, actores que en mi opinión tienen una gran versatilidad y naturalidad para encarar cada personaje que realizan, lo que me hizo tener la primera toma de contacto con esta gran serie. Pronto toda esa trama de un club de moteros y la realidad probable en la que se ha desenvuelto nos hizo fans incondicionales de la serie en sus excelentes siete temporadas
 
Kurt Sutter sin duda creó una gran historia, visualmente no tan destacable pero que cumple con un guión bien realizado, con giros que engrandecen la serie y actuaciones memorables de la mayoría de su reparto más frecuente, pero en especial la de Charlie Hunnam (Jax) y la de su esposa Katey Sagal (Gemma), que podría decirse que es el personaje más importante de Sons Of Anarchy, y probablemente sin ella la serie no sería tan emocional y tan psicológicamente cuestionable.
 

Otra razón por la cual me cautivó es la manera en la que manejan la violencia, tan explícita y tan cruel que empalma de una forma espléndida con la historia. Sin duda no es una serie para niños, pero sí nos enseña las consecuencias de no tomar las decisiones adecuadas en nuestras vidas, la importancia de la familia y hasta dónde podría llegar cualquier persona con tal de proteger la suya.

 
Esta séptima y última temporada hasta el momento ha estado en su punto medio, sin llegar al clímax se ha mantenido en un nivel muy emocional y deja en claro que lo mejor está por llegar; con un protagonista tomando decisiones desacertadas llevado por un sentimiento de venganza y un antagonista que es un empresario mafioso que no tiene escrúpulos y que puede incendiar toda una ciudad si así lo quisiera. Sin duda los últimos capítulos serán en la línea en la que ha estado toda la serie, pero al 200 %. Llena de violencia, sangre, muertes y muchas malas decisiones. Lo único que esperamos es que el final no decepcione, porque sin duda será una de esas series que me harán falta al lado de Breaking Bad y Fringe.
 
En conclusión, si no la habéis visto, la recomiendo. Os sorprenderá, odiaréis a ciertos personajes, pero por encima de todo os hará reflexionar sobre lo que somos como personas y el lado oscuro que siempre estará en nosotros; todo depende de elegir correctamente.
Autor colaborador: Fabian Figueroa