Tendemos a juzgar a aquel que tenemos al lado sin darnos cuenta de que no tenemos ni idea de lo que ocurre en su vida. Ni de lo que pasa por su cabeza. Este es uno de los temas que aborda Por trece razones (13 Reasons Why), la nueva serie lección de Netflix.

13 Reasons Why comienza poco después del suicidio de Hannah Baker, cuando uno de sus amigos, Clay, recibe una serie de cintas de casete que Hannah grabó antes de tomar la fatídica decisión. En ellas, Hannah le pide dos cosas: que las escuche, y que las pase, y Clay descubre que él no ha sido el único en recibirlas y, también, que es el protagonista de una de ellas.

Cada capítulo se corresponde con la cara de una de las cintas, y narra la relación de Hannah con sus amigos y conocidos, mientras explica las causas de cómo su mundo se fue descomponiendo, quebrándose, hasta que lo cotidiano se convierte en un estado permanente de alerta, terror y desasosiego.

«He oído tantas historias sobre mí que no sé cuál es la más popular, pero sé cuál es la menos popular, la verdad», dice Hannah en una cinta. «Ahora, la verdad es la que no olvidarás». ¿Y cuál es la verdad?, piensas mientras escuchas su voz con atención. Los personajes que la oyen no pueden interactuar ya con Hannah, ni mucho menos responder. Sólo pensar. Por suerte, nosotros sí que podemos hacerlo. ¿Debatimos?

{Post sin spoilers}

Clay (Dylan Minnette) es un alumno socialmente torpe que todavía lucha por recomponerse de la muerte de Hannah. En el pasado, a pesar de tener un carácter estoico y reservado, encarnaba el optimismo, pero ahora se ha convertido prácticamente en un zombie ambulante afectado por altas dosis de dolor, nostalgia, confusión y miedo. Aun así, Clay es alguien que siempre ha luchado por expresar sus emociones y abrirse a quienes le rodean.

Hannah (Katherine Langford) brilla en el papel principal, y pone la carne de gallina ver cómo hay una chispa de luz en ella que poco a poco se va desvaneciendo en el trascurso de la serie, cómo se va desgastando, rompiendo, por las decepciones y los golpes de la vida.

En general, 13 Reasons Why presume de un elenco que ha dado de sí al máximo. Inicialmente, los compañeros de clase de Clay y Hannah parecen encajar dentro de los típicos estereotipos de la escuela secundaria: los deportistas súper populares, las animadoras, etc., pero a medida que cada cinta se reproduce, es de agradecer ver que cada personaje se desarrolla aún más y nos recuerda a los espectadores que Hannah no era la única que sufría la soledad, la angustia, el vacío. Entre los protagonistas, destacan Alisha Boe, que encarna a Jessica Davis, un personaje profundamente traumatizado y roto, y Brandon Flynn como el igualmente torturado Justin Foley. La serie pone un mayor énfasis en los personajes adultos que lo que se hizo en la novela, con actuaciones memorables y emocionantes como la de la gran Kate Walsh (Addison is that you?) como la afligida madre de Hannah.

Ahora bien: ¿por qué es tan importante 13RW?

La escuela secundaria es una experiencia desagradable para más gente de la que creemos. Y no es nada nuevo, ha ocurrido siempre. Lo que pasa es que la intimidación en este contexto se ha convertido en un problema más grave en los últimos años con la llegada de las redes sociales y los smartphones. Los niños siempre han tenido la habilidad de ser horribles unos con otros, si quieren, pero ahora Internet les da un anonimato y una pantalla para protegerse de las consecuencias de sus acciones y de repente ¡hala! tenemos varios casos de suicidio. 13 Reasons Why explora en todo esto, en la intimidación, en el acoso, un espectáculo deprimente e incluso incómodo de ver, pero eso lo hace aún más poderoso.

Empecé a ver la serie sin tener muy claras mis expectativas. Había leído el libro y hoy puedo decir que lo supera con creces, porque hace muchísimo más hincapié en ciertos temas y no los trata a la ligera. Eso sí: no sabía en qué nivel me iba a afectar. Mejor dicho: no sabía que me iba a afectar tanto.

Porque 13 Reasons Why es alucinante, potente, triste, preciosa, trágica, cruda, adictiva… pero destroza. Porque saben lo que te quieren contar y hacerte sentir, y lo hacen de forma extraordinaria. Son pocos los capítulos de otras series que me hayan dejado tan tocada. Cada minuto me estaba doliendo como si fuese Clay o Hannah. Y ahora mismo estoy tan destrozada como agradecida por una serie así. Es una lección que puede tener casi un sentido pedagógico. O como mínimo de espejo.

Como bien se indica al comienzo de algunos episodios estos pueden herir nuestra sensibilidad (y vaya que lo hacen). Y lo peor de todo es que todo lo malo que retrata no es nada que no pase habitualmente en la vida real…  Y si cuesta verlo a través de la piel de Hannah o la de Clay no me imagino cómo será vivirlo realmente. Por eso es tan brutal, tan necesaria, porque destroza, pero ayuda a crecer, a concienciar.

13 Reasons Why es una historia vinculada a los jóvenes que estoy segura es capaz de conectar con ellos porque les trata con madurez. Eso sí, me cabrea mucho que se diga que es una serie de adolescentes, una serie teen más, porque los protagonistas son adolescentes, y ya. No, señores. No nos limitemos a la superficie. La mayoría de los temas que se tratan son perfectamente extrapolables a otros contextos; pensemos en el de la mujer, que es el que se me viene primero a la mente.

Las consecuencias de nuestras acciones

Creo que una de las razones por las que 13RW está teniendo tanto éxito es porque explora cómo innumerables y pequeñas acciones, así como la indiferencia o la desatención, pueden alimentar una terrible tragedia. Hasta qué punto las palabras que decimos afectan a otras personas, aun sin ser conscientes de su impacto. Hannah se refiere al a teoría del caos en un episodio, totalmente aplicable a toda la serie. Una pequeña acción puede tener más consecuencias de las que nos pensamos, miles de repercusiones.

Para cada persona un problema puede ser una tontería pero para otra no, para otra puede ser un mundo, porque cada persona tiene su forma de ver las cosas, de afrontarlas, de sentirlas. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que hay que ser más empático, que hay que ponerse en el lugar de los demás, porque a veces parece que resulta más fácil pensar mal que intentar comprender.

Lo más interesante de 13RW es que pone sobre la mesa cuestiones de actualidad y de necesaria concienciación, como el bullying. Es una buena bofetada para aquellos que lo cometen o que hacen la vista gorda, y reconozco que la he disfrutado, sobre todo porque vivimos en un país que se agita de vez en cuando por una noticia relacionada con el acoso escolar, pero luego, no sé cómo, de repente se minimizan los hechos, se desdibujan responsabilidades, se llega a culpabilizar a las familias y, ojo, incluso a las propias víctimas. ¿Tiene gracia, eh? La realidad es que se prefiere minimizar los hechos. Por eso agradezco que en series como 13RW se visibilice y se le dé prioridad de verdad al problema.

Por otra parte, se aborda el aislamiento social, el acoso sexual, la violación, el machismo, el sistema educativo con una crítica tan clara que no se puede no ver; también, las enfermedades mentales, como la depresión, y el suicidio. Sobre este último se realiza una crítica dirigida hacia los que piensan que la gente decide poner fin a su vida para «llamar la atención».

En mi opinión, la serie no busca encontrar culpables, sino reflejar una historia acerca del cómo y del porqué tantos de los que están cerca de Hannah no pudieron salvarla a tiempo. Entiendo sus imperfecciones y las críticas. Aun así, no creo que culpabilice a nadie. Evidencia cómo nuestras acciones afectan a otros, y también cómo una palabra, una sonrisa, o un gesto a veces puede ayudar más de lo que nos creemos.

«¿Os habéis dado cuenta de las cicatrices que habéis dejado a vuestro paso? No, seguramente no, porque la mayoría de ellas no se pueden ver a simple vista»

Hablemos

13RW es triste, y es dura. En muchas ocasiones no se hace fácil de ver (de hecho, presenta una de las escenas más incómodas que he visto en un drama de televisión), pero es real. Y por desgracia, estoy segura que representa a un porcentaje demasiado elevado de la población. Una gran cantidad de jóvenes, especialmente, podrían estar viviendo algo así. Se nos olvida que el suicidio es la segunda causa de muerte.

Así que deseo de verdad que esta serie llegue a cuanta más gente mejor; para concienciar, para no ignorar a esa gente, para no restar importancia a enfermedades mentales como la depresión. Porque nadie se merece pasar algo así, y no dudo que corrigiendo muchos de nuestros comportamientos podríamos evitarlo. Por poco que fuera, valdría la pena.

Vivimos en un mundo en el que nos encerramos mucho en nosotros mismos. Y hay consecuencias. Hay gente a nuestro alrededor que necesita ayuda, que levanta una coraza estando rota por dentro, y creo que es importante concienciar de que NUNCA hay que esconder estas cosas, sino encontrar el valor para hablar de ellas.

La serie representa también un grito de «no estás solo, hay personas que se sienten así, busca ayuda, sigue». Por eso espero que mucha gente la veo y se genere esa conversación. Hay cosas de las que se deben hablar.

Seguro que desde hace unos días estás viendo cómo las redes sociales se llenan de comentarios relacionados con cierta actitud vista en la serie o relacionándola con algo que le ha pasado a alguien. Me parece importante que la serie #Por13Razones exista y tenga difusión. Ojalá siga el debate. Ojalá se genere una conversación necesaria, que no se detenga en si es buena o mala, si engancha o no, sino que vaya más allá. Ojalá #13ReasonsWhy tenga un impacto y sirva para concienciar, para que cada uno de nosotros se esfuerce un poco más en tratar mejor a cualquiera a nuestro alrededor.

{Después de ver la serie, te aconsejo ver el documental.}