(Leed sin miedo, el artículo NO contiene spoilers)
Pocas eran las esperanzas que teníamos puestas en este proyecto. El hecho de que M. Night Shyamalan ejerciera de productor ejecutivo -y director del piloto- no nos llamaba especialmente la atención: hace tiempo que el director de El Sexto Sentido dejó de ser sinónimo de calidad y/o sorpresa. Pero después de mucho tiempo en la incubadora, el proyecto de Wayward Pines comenzó a tomar forma, y FOX echó el resto para hacernos ver que no estábamos ante un producto de segunda: estreno simultáneo el 14 de mayo en 125 países, a través de Fox Broadcasting Company (FOX para los mortales) y todos los canales de FOX International Channels, haciendo de la serie un evento global sin precedentes.
El pasado día 12 tuvimos la oportunidad, gracias a FOX Tv España y a Birra Series, de disfrutar del piloto de Wayward Pines, rodeados de seriéfilos, compañeros y birra. El resultado fue más que satisfactorio. ¿Un pastiche? ¿Un collage de referencias a grandes series? ¿Poca originalidad? Pues sí, pero por sorprendente que parezca, funciona de maravilla.
Un gran ritmo, un gran reparto
Si por algo destaca el piloto de Wayward Pines es por no dar respiro al espectador. Para que os hagáis una idea, la ficción está basada en una trilogía de novelas y, según comentó el nuevo director de contenidos de FOX, el primer capítulo de la serie supone aproximadamente un 80% del primer libro. Es muchísima la información que se nos da, pero lejos de resultar abrumador, el resultado es efectivo.
Un agente de los servicios secretos es el protagonista (un Matt Dillon no del todo convincente) y termina en Wayward Pines después de un accidente de tráfico. Pronto nos daremos cuenta de que aquel sitio esconde algo oscuro, desde la escena del hospital tan creepy (Melissa Leo está estupenda). El sello de Shyamalan está muy presente, cameo incluido, y el aire de misterio de la serie nos atrapará desde el principio. Una de las ventajas con las que cuenta Wayward Pines es su concepto de serie evento: en principio, la ficción está pensada para tener 10 episodios, con un cierre definitivo. Esto nos da esperanzas a la hora de afrontar su visionado, y suponemos que todas las preguntas serán resueltas.
Da la impresión, después de ver el primer episodio, de que el gran misterio de la serie va a ser el protagonista: en vez de poner el foco en la misteriosa localidad, parece que el personaje de Dillon va a llevar todo el peso de la serie. Quién es en realidad, cómo es su vida o por qué está él allí (y no otro) serán algunas de las preguntas más importantes a las que tendremos que responder.
Wayward Pines: un lienzo lleno de lugares comunes
El piloto empieza con el ojo del protagonista abriéndose, tumbado en un paisaje natural, magullado y destrozado. ¿Jack Shephard? ¿Eres tú? A pesar de que las primeras impresiones hayan sido buenas, no podemos negar que la propuesta televisiva de Shyamalan es un pastiche de situaciones ya vistas, una detrás de otra. Lost, Twin Peaks, Les Revenants, Once Upon a Time, El Show de Truman, El Bosque, El Protegido… Todas las escenas recuerdan a algo ya visto. Pero sobre todo, a nosotros nos ha recordado muchísimo a Persons Unknown: una serie evento que NBC estrenó en el verano de 2010. Seguramente ninguno la recuerde -creemos que NBC tampoco se acuerda de que la emitió- pero guardan muchos puntos en común.
A pesar de todo, desde El Reino compramos Wayward Pines. No es una serie perfecta, o no lo parece por su piloto, pero todo apunta a un gran entretenimiento veraniego. Policías, crímenes, un pueblo del que no se puede salir (vale, aquí ha ido un pequeño spoiler), mucho drama familiar, una estética interesante, un casting acertadísimo y un ritmo trepidante. Obviando sus defectos, una cosa está clara: tenemos misterio para rato. Ah, y se nos olvidaba una de las grandes bazas de la serie: Terrence Howard. Después del mastodóntico éxito que ha supuesto Empire, seguro que FOX está dando palmas por tenerlo en ambas series.
Una vez más, agradecer a Birra Series y a FOX España por llevar a cabo el evento, y por dejarnos formar parte de él.
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