El 19 de junio se emitía como cada domingo un capítulo nuevo de Penny Dreadful, la serie de horror gótico creada por John Logan. En este caso, al ser final de temporada y para sorpresa de su público emitieron dos capítulos en vez de uno. Todo iba según lo previsto para aquellos que seguían la serie y la llevaban al día (como una servidora), todos la cogimos con ganas pero estoy segura de que a más de uno le hubiera gustado saber lo que realmente iba a ver: el final definitivo de la serie, al menos para ser consciente y disfrutarlo al máximo. Esconderlo fue, desde mi punto de vista, un error por parte de Showtime.

Sin embargo, aunque ya empiezo a escribir este artículo con cierto aire negativo, y aunque he de decir que te deja un poco frío y con algunas cuestiones sin resolver, me gustó. Es un hecho: Penny Dreadful tiene tres estupendas temporadas y, aunque nos haya sorprendido la noticia de su precipitado final, ha acabado de la mejor de las maneras.

ATENCIÓN, si estás viendo la serie o estás interesado en verla deja de leer al terminar este párrafo. No me hago responsable de los spoilers que puedas ver o leer. He avisado. Dicho queda.

Para comentar el capítulo, me gustaría ir por partes. Empezaremos con el Dr. Frankenstein por eso de que junta cadáveres para crear vida (siento el chiste). Por su parte no hay nada interesante y sigue obsesionado con Lily, a la que tiene encadenada y a la que está dispuesto a devolver su humanidad.

Después, el doctor nos descubre uno de los mayores misterios de la temporada, y es que resulta que el Dr. Jekyl respondía también al nombre de Mr. Hyde, cosa que nadie se esperaba ¿verdad? (Nótese la ironía).

Pero toda esta paja innecesaria sirve para introducirnos en uno de los momentos más emotivos de la serie. Hace un par de capítulos nos enteramos de que Lily tenía una hija y estaba muerta. Lily le cuenta a Victor su trágica historia, de cómo la niña murió de frío al no poder ser atendida por su madre, la que estaba medio moribunda en un callejón tras la agresión y abuso de un hombre. Fue una confesión desgarradora y, pese a lo que Victor opinase en un principio, de lo más humana. Tras escucharla, el doctor al fin comprendió que Lily era libre de elegir quién quería ser, así que terminó por dejarla marchar. Ambos lloraron.

Pero ahora vamos con uno de los segundones de la temporada: Dorian Gray. Dorian estaba hasta las narices de que su casa fuese un centro de mujeres «rotas», que a mi entender se definirían mejor con los adjetivos locas o histéricas. Lily estaba tan entregada a su causa que Dorian simplemente está ahí. No sé cómo (al igual que el borracho de la arbolada). No hace nada a lo largo de la temporada y todo esto mientras la mesa de su comedor se ve invadida por manos de hombres a los que les da por matar a las locas de sus inquilinas, que para nada compensa los tríos bañados en sangre. Todo muy perturbador.

No ha sido la temporada de Dorian, no. Se nota a la legua que cómodo en su casa ya no estaba, y aun encima Dorian, que es un hombre inmortal (osea, ya tiene una edad) se ve eclipsado por Justine, la cría un poco pirada y entregada completamente a Lily y su causa. En fin, es normal que después de no tenerle en cuenta para nada en su propia casa el hombre se enfade y, por consiguiente, la traicione y acabe matando a su rival, que le estorba y se lo pone a huevo. No sé como Lily no lo vio venir pero la pobre Justine acaba sola y con el cuello roto.

Y claro, llega Lily, ve el percal y se pira dejando a Dorian Gray solo y a la eterna de su regreso. Y nunca más volvimos a ver a Dorian (o a su retrato maldito).

En otro mundo a parte está John Clare, el pobre desgraciado que camina sobre la línea entre la pena y el aburrimiento. Sin embargo, en esta temporada ha sido un personaje sobresaliente, sobre todo por su aparición en el capítulo «Una brizna de hierba«, donde descubríamos que ya conocía a Vanessa Ives antes de ser John Clare. Uno de los mejores capítulos de la temporada.

Y después de todo lo que ha sufrido en su camino, John Logan decide darle a Clare un poco de felicidad haciendo que se encuentre y sea aceptado por su mujer y su hijo enfermo. Pero eso era demasiado bonito para un monstruo y el niño tenía que morir para que el personaje sufriera (más todavía). En definitiva John, al rechazar la idea de devolverle la vida a su hijo, rechaza a su vez al monstruo que cree llevar dentro y de esta forma poder vivir en paz consigo mismo.

Y por último, directos desde los Estados Unidos de Américas, llegan a Londres y sin avisar Ethan, Sir Malcolm y el padre adoptivo de Ethan (que nadie sabe qué pinta en la historia). Pero Londres no es como lo recuerdan, las criaturas de la noche han salido junto a una niebla tóxica y la casa de Vanessa está llena de vampiros dispuestos a chuparles la sangre (obvio). Y muchos golpes estaba esquivando nuestros protagonistas, así que, para darle algo de emoción a la cosa, uno de los vampiros muerde a Sir Malcolm y en toda la movida llega Catriona Hartdegen (la que le parecía ponerle ojitos a Vanessa pero se ve que no) y como buena heroína que es, (o eso parece ya que hemos visto poco de ella) los ayuda.

Desde el principio supimos que era buena gente.

Después de recibir a la Dra. Sweard y revelar que Vanessa está en peligro (like always), interrogan al secretario-vampiro-come-ranas para conocer su paradero y marchan hacia la guarida de Drácula para rescatarla. Pero como ya estamos acostumbrados, no iba a ser tan fácil de conseguirlo. Por el camino caen en una emboscada de vampiros que desencadena la conversión de Ethan en hombre-lobo y, para sorpresa de sus espectadores, se revelará uno de los secretos mejor guardados en la historia de la televisión: bajo el hechizo de la luna llena, el padre adoptivo de Ethan también es un hombre-lobo. Bueno, un poco obvio desde Crepúsculo, ¿no?

El caso es que llegan a la guarida de Drácula/Demonio/Dr. Sweet (que no es nada sweet), los recibe y como era obvio, se opone a entregarles a Vanessa.  Es entonces cuando empieza la pelea, que aunque no tiene sentido, parece tenerlo al mantenerte enganchado.  Pero ¿y Vanessa? Porque no le hemos visto el pelo en los dos capítulos. Que no se preocupe porque su lobito está en camino. Ethan sale de extranjis antes la ausente mirada de Drácula, que sigue a lo suyo.

Entonces se encuentran. Después de tanto tiempo. Vanessa, devorada por la oscuridad, le pide al «Lobo de Dios» que acabe con su sufrimiento. Desgraciadamente para muchos… Así lo hizo. De un disparo.

Bueno, no era la mejor forma de asesinar y menos si eres el «Lobo de Dios» pero Vanessa ha muerto y con ella la oscuridad. Y nadie se ha enterado, ¡ojo! Drácula se pira  y aquí, si te he visto, no me acuerdo.

Muchos seguidores de Penny Dreadful se han visto indignados con la muerte de su protagonista y muestran su disconformidad  el final pero, ¿qué más podría pasarle a Vanessa? No había otra forma de acabar con su sufrimiento constante y deshacerse por completo de las criaturas de la noche, y por eso el final es  creíble y lógico.

El caso es que, independientemente de si la serie estaba pensada para tener más temporadas o no (no entraré en debate), antes de meter la pata Penny Dreadful baja el telón a tiempo; con unos personajes que seguirán escribiendo sus historias y tres temporadas notables que sellan para siempre la historia de Vanessa Ives.