Las series de televisión centradas en el asesinato o desaparición de un niño comienzan a multiplicarse como setas. No lo decimos tanto por joyas como The Killing, The Missing o Broadchurch, pero sí por la que hoy nos ocupa, Secrets and Lies, que a su vez es un remake de una serie australiana del mismo nombre.

No hay nada nuevo bajo el sol. La serie trata sobre un padre de familia, Ben Crawford, que encuentra el cadáver del hijo de una vecina y automáticamente se convierte en el primer sospechoso del asesinato. Lo más llamativo de la serie es ver a los olvidados Ryan Phillippe (“Sé lo que hicisteis el último verano”) y Juliette Lewis (“Abierto hasta el amanecer”), y comprobar que los años han pasado tanto para nosotros como para ellos.

ryan_JuliEl caso se desarrolla desde la perspectiva del padre que, viéndose atrapado por la investigación de una detective, empieza a buscar por sus medios al verdadero asesino de Tom. Convertido en un detective aficionado bastante malo, ve culpables por todas partes, que le llevan a liarlo todo tanto que acabamos pensando si no habrá sido la detective la que acabó con el pobre niño. A pesar de ser una historia mil veces vista, ABC ha encontrado un filón en esta serie, que si bien no arrancó con buenos datos, sí ha remontado hasta llegar a los 6 millones de espectadores en su season finale en Estados Unidos. Esto le ha asegurado una segunda temporada que llegaría en 2016.

En principio, la serie tiene todos los ingredientes para mantenernos en vilo enfrente de la televisión:

El protagonista ¿injustamente? acusado

Un hombre cuyo único pecado parece ser haber encontrado el cadáver de un niño. -rápidamente, y sin demasiada investigación, se ve contra las cuerdas, vilipendiado y expuesto a la opinión pública. Un Ryan Phillippe queriendo ser la estrella que nunca fue en los 90 que se pasa la mitad de la serie sin camiseta, con el ceño fruncido e incapaz de mostrar más de dos expresiones faciales: enfado y súper enfado. Mi apuesta es que lo hace para no despistar y que el público no se confunda. Esto ya dice bastante del nivel dramático de la serie.

Gif Ryan

La policía incansable

Dotada de una intuición prodigiosa, desde el principio apunta a Ben como principal sospechoso y convierte su vida en un infierno. Su dedicación al trabajo es digna de mención, y lo mismo te da un susto de muerte mirándote fijamente por la ventana, que te acorrala en el momento más insospechado del día o de la noche. La pobre Juliette no acierta con el tono del personaje, y más bien parece que haya recibido clases de interpretación del gran Drake Ramoray (Friends).

Juliette_Ryan

No se me escapa una

Una cónyuge distraída/confundida

ChristyLo de la mujer de Ben (nuestra KaDee Strickland de Private Practice) es de traca. Tu marido es acusado de asesinato y tú decides apoyarle de forma incondicional. Pero a su vez, estás convencida de que oculta algo, le evitas y hablas con la policía a sus espaldas.

La lealtad no es precisamente el fuerte de Christy, que cuenta con un hermano muy rico y un trabajo bien pagado. Lo único que desentona en su perfecta vida es precisamente Ben, y bien que nos lo deja claro en cada episodio.

Unas hijas insufribles

Dos, más concretamente. Una, Abby, colgada todo el día del brazo de su padre. Y la otra, Natalie, con sus líos adolescentes de chicos, fiestas y problemas  de autoridad varios. Todo muy visto.

family

Un vecindario muy (muy) chungo

gorra

Así seguro que no me ve nadie

Un pequeño suburbio residencial en el que todos guardan secretos y que poco a poco va perdiendo su apariencia idílica. ¿Nos suena, no? Estos amables vecinos coinciden rápidamente en que Ben es culpable, a pesar de no haber tenido nunca ningún problema con él, ni haber evidencias en su contra.

También son gente curiosa y con inquietudes, que se pasa la vida mirando por la ventana, sin nada que hacer, y con historias a cual más truculenta, que Ben se encargará de desvelar.

Como buena serie de misterio, no puede faltar el amigo feo (o gay o afroamericano) en contraposición al prota guaperas, y la manida crítica social, en este caso al tratamiento que hacen los medios de comunicación de este tipo de noticias. Y precisamente a pesar de contar con todos los elementos ganadores, Secrets and Lies es mala. Un guión insulso y unos personajes totalmente planos la convierten en una serie prescindible que no aporta nada al panorama televisivo actual.

Dejando de lado que las desapariciones y asesinatos de niños suelen causar bastante impresión, ni siquiera funciona como guilty pleasure. Si quieres ver una buena serie de misterio con una familia complicada, engánchate a Bloodline. Y si buscas una mala, pero entretenida, apunta Pretty Little Liars, donde seguro que encaja mejor Ryan Phillippe. No estamos para perder el tiempo.

Secrets-and-Lies2