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Yo soy esa

Hecho verificado: Jane Fonda es maravillosa. A ver, ¿en qué alfombra roja no es la mejor, a pesar de los esfuerzos de veinte y treintañeras? En ninguna. Porque Jane Fonda hizo pilates antes de que existiera el pilates y fue LA actriz, antes de que todas éstas que quieren su trono no fueran ni proyecto. Hace más de cincuenta años –algo de ciencia ficción, ya que ella no debe de tener ni cuarenta- ganó el Globo de Oro a la “mejor nueva estrella” y, desde entonces, cada año debería recibirlo a la mejor estrella. A secas (a secas, el premio, que la cara la tiene muy hidratada, para eso hace muchos anuncios de los de porque yo lo valgo).

Hecho verificado: Lily Tomlin es maravillosa. Si no la tenéis muy vista, por favor, buscad DONDE SEA la película Ensalada de Gemelas y lo entenderéis. Solo sus intervenciones en El Ala Oeste de la Casa Blanca y Mujeres Desesperadas dan más alegrías que un euromillón, y eso que fueron demasiado pocas. Además, Lily y Jane son amigas y residentes en los States e hicieron juntas Cómo matar a su jefe, una peli que por si no tuviera suficiente genialidad con ellas y con su argumento, incorporaba también a Dolly Parton. Será una comedia boba, pero yo me parton (perdón, me ha salido solo).

Así aparecieron en los últimos Globos de Oro. Ganadoras solo por ello:  

Hecho verificado: Marta Kauffman es maravillosa. Aunque no sea tan famosa como sus dos estrellas, Marta fue la cocreadora de Friends. ¿Algo más que decir? Pues nada. Que esta mujer nos ha dado algunos de los mejores momentos catódicos de la historia de la televisión reciente. Y no reciente. Sin Friends no soy nada, una gota de lluvia mojando mi cara. Y aunque tiene que estar montada en el dólar, en el euro o en el ecu, ella sigue trabajando y va Netflix y le compra una idea de una nueva comedia. Y si las expectativas no son suficientemente altas, se anuncia que las estrellas serán Jane Fonda y Lily Tomlin. ¿Se puede ser más feliz?

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And the winner is… me

 Hecho verificado. Sí, se puede ser más feliz. Porque Grace and Frankie, la serie en cuestión, no está mal… pero no está del todo bien. Lo tiene todo para triunfar, pero, ay, no lo hace como debiera. Y no tiene nada que ver con que sus cuatro protagonistas –incluido un Martin Sheen con pelazo- sean ya setentones, pero la ficción es un tanto carca. El punto de partida es el siguiente: dos mujeres casadas hace más lustros que los Reyes de Inglaterra se ven obligadas a divorciarse ya que sus maridos quieren volver a pasar por el altar… para convertirse ellos dos en marido y marido. Esta situación, que podría dar para varios polígrafos del Sálvame Deluxe, está prácticamente desaprovechada en unas tramas que ni chicha ni limoná, en unos guiones que estiran las bromas más que un chicle Boomer. Vale, el reparto es como para caerse de espaldas. Pero, al final, son los hijos de estas dos parejas los que vienen a salvarles. En los guiones, y en la serie en sí.

Hecho verificado: Los últimos capítulos mejoran una barbaridad. Y hay momentos de complicidad entre la sofisticada empresaria a la que da vida Jane Fonda –vida y vidilla- y la hippie de palabra, obra y omisión que es Frankie (Lily Tomlin) que dan por bueno el maratón de 13 episodios de la (pen)última de Netflix, que ya ha sido renovada para una segunda temporada. Aunque eso será si Jane y Lily acceden, después de enterarse de que el resto del reparto cobra lo mismo que ellas. Nada más irónico, después de que en el filme que coprotagonizaran en los ochenta fueran capaces de secuestrar a su jefe por sexismo…