Homeland se encumbró con sus dos primeras temporadas, sobre todo con la primera con una gran premisa, un ritmo trepidante y una historia que nos convencía. Pero después llegó la tercera temporada y los cimientos que sostenían la serie se vinieron abajo de un solo golpe, con una irregular temporada y con una “historia de (des)amor” protagonizada por Carrie Mathison (Claire Danes) y Nicholas Brody (Damian Lewis) que no daba para más. Homeland pasó a ser la serie que todos odiaban, perdió el atractivo y la esencia, y el hate-watching estaba a la orden del día. Homeland ya no estaba a la altura. Pocos fuimos los que le dimos una oportunidad a la cuarta temporada y seguimos al pie del cañón semana tras semana. Ahora, en plena emisión de la quinta temporada podemos afirmar que Homeland vuelve a estar en plena forma.

Si algo tenemos claro es que Carrie lo es todo en esta serie. Un personaje con claroscuros y que lleva su trabajo hasta el extremo lidiando con su trastorno bipolar. El arranque de la quinta temporada nos ha demostrado que Homeland todavía tiene mucho que contar y que su faceta de espías la hace mejor. La temporada se sitúa en Berlín con Carrie fuera de la CIA, con una vida aparentemente normal, viviendo con su hija Franny y su nueva pareja, Jonas (Alexander Fehling). Carrie trabaja para la Fundación During como jefa de seguridad, un puesto demasiado “tranquilo” para ella. Pero poco le dura la tranquilidad teniendo que enfrentarse a los demonios del pasado: viaje a Líbano, huir, enfrentarse al peligro.

Por otro lado están los otros dos pilares: Saul Berenson (Mandy Patinkin) y Peter Quinn (Rupert Friend). La unión de Carrie y Saul se ha hecho añicos, y lo que era una relación paterno-filial se ha convertido en traición y casi odio. Saul no va a arriesgar su vida por Carrie, para eso ya está Quinn, al que durante la pasada temporada quisieron convertir en el nuevo Brody y no salió demasiado bien… No hace falta que Carrie se “enamore” de todos los hombres de su vida, gracias. Aunque es cierto que cuando el dúo Carrie-Quinn llena la pantalla la trama gana puntos: trabajan bien juntos, se entienden y darían la vida para protegerse el uno al otro.

Esta temporada tiene muchos frentes abiertos. Por un lado, los guionistas quieren mostrar el funcionamiento interno de la CIA y del Servicio de Inteligencia estadounidenses donde veremos traiciones, topos, filtraciones de documentos, hackeos, etc. Por otro lado, la serie ofrece conexiones con la actualidad informativa que vivimos en estos momentos aunque siempre bajo la particular perspectiva estadounidense y que pondrán en aprietos a los protagonistas. Destacan algunos de los nuevos personajes introducidos esta temporada como Allison Carr (Miranda Otto) trabajando mano a mano con Saul, la periodista Laura Sutton (Sarah Sokolovic) o el hacker Numan (Atheer Adel).

La quinta temporada nos está demostrando que Homeland no murió con Brody y que todavía tiene muchos cartuchos que gastar. El reseteo le ha sentado muy bien y los que tuvimos fe después de la tercera temporada nos vemos recompensados con capítulos como los de antaño. Homeland nos vuelve a hacer sufrir, vibrar con cada trama y, sobre todo, nos hace disfrutar.