Había mucha expectación con la segunda temporada de The Shannara Cronicles. Tras el paso de la producción de MTV a Spike (En España se puede ver en TNT), la serie ha aligerado la carga de los libros de Terry Brooks y ha conseguido personalidad propia. The Shannara Cronicles ha abrazado el mamarrachismo y ha tratado de darle a su fandom lo que demandaba.
Por el camino se ha quedado parte de lo que convirtió sus libros en una de las sagas de fantasía épica más vendidas. De hecho, esta segunda temporada no está basada en ningún libro. La historia se sitúa en un momento indeterminado entre el segundo y el tercero.
Esta segunda temporada de Las Crónicas de Shannara ha sido como un crossover entre PLL y El Señor de los Anillos. En cada episodio, observábamos con estupor como adolescentes y adultos tomaban las decisiones más tontas posibles y como distaban mucho de ser unos héroes al uso. Will, Eretria, Bandon o incluso Allanon, parecían más niños caprichosos de 5 años que algunas de las personas más poderosas del mundo.
El sello MTV
El sello característico de MTV se mantiene y se afianza en la nueva temporada. En la serie todos los personajes son buenorros, porque a qué teenager le interesa viajar a un mundo inventado si no va a podear shippear a todos sus protagonistas. También cobra más protagonismo su aspecto más LGTBfriendly.
En la primera temporada ya descubrimos la faceta bisexual de Eretria (Ivana Baquero). En esta temporada la abraza por completo con su romance con la princesa Lyria. Un personaje interpretado por Vanessa Morgan, que también hace de bisexual en Riverdale, otra de nuestras series mamarrachas favoritas.
Hay que aplaudir a The Shannara Cronicles la naturalidad con la que se tratan las orientaciones sexuales. También que, por fin, tengamos un final sin síndrome de la lesbiana muerta.
También que su protagonista, Will Omhsford (Austin Butler) esté bastante alejado de la masculinidad tradicional. Tanto él como su padre, el héroe antes que él, distan bastante de la figura del machote, aún después de terminar sus respectivos caminos. Son las mujeres las que toman ese rol.
Las mismas que al final quedan como reinas y gobernadoras de las Cuatro Tierras, mientras que los hombres han sido asesinados, han desaparecido o quedan a sus órdenes. Convertir este mundo épico en un matriarcado es el mejor final que podrían haberle buscado.
La trama de The Shannara Chronicles
Si hay algo que falla en esta temporada de la serie es la trama (y los efectos chuscos). La infantilización de las decisiones de los personajes no cuadra con lo que nos quieren contar. Que Will se lleve media serie enfadado con su ex porque decidió sacrificarse para salvar a todo el mundo no termina de ser creíble. Él mismo estaría muerto de no ser por ella. Que caiga en cada una de las trampas de Bandon tampoco.
Si la juventud de Will y Mareth puede justificar alguna de sus decisiones, las de Allanon, son mucho más incomprensibles. Toda la trama de su secuestro por el Crimson, una secta antimagia, es, directamente, no sense. Quedarse sin la guía de los libros para darle al público lo que buscaba no ha terminado de funcionar.
Quizá, lo peor haya sido el final anticlimático que ha tenido la temporada y la lucha final. Parece que The Shannara Cronicles no será renovada y quedará como un quiero y no puedo.
Al menos, siempre nos quedará Eretria y un mundo épico construido para ellas.
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