Quiero dejar una cosa clara: es Disney. Repito: es Disney. Venga, todos juntos: ES-DIS-NE-Y. Bien, aclarado esto, vamos a empezar.
Esto vendría a ser la historia de cómo las dos franquicias audiovisuales más mediáticas de la historia se unieron para crear algo así como un híbrido a medio camino de ambas. Pero no adelantemos acontecimientos. Digo que son las más mediáticas porque dudo que haya alguien que no haya oído hablar de sables láser, que no haya dicho yo soy tu padre o no haya intentado hablar como un wookie (vale, esto último lo hacemos todos al despertarnos). Star Wars cambió la historia del cine y muchas otras historias, su influencia en distintos ámbitos es de sobra conocida y no es este sitio para esos méritos; pero su compañera de artículo no le va a la zaga en cuanto a reconocimiento se refiere. La compañía del ratón animado es mundialmente conocida prácticamente desde su creación allá por los felices años 20, ha influido –para bien o para mal– en generaciones y generaciones de jóvenes a lo largo de las décadas y muchos de sus personajes forman ya parte del imaginario colectivo de aquí a la eternidad. Tras la compra de Lucas Film –compañía creadora de Star Wars– por parte de Disney, este año estrenarán la séptima entrega de la saga cinematográfica.
Espera, espera. ¿Pero esto no iba de series?
Cierto, iba de eso. Centrémonos.
Antes de la película que se estrena a finales de año, el primer acercamiento al universo creado por George Lucas por parte de Disney ha sido la serie de animación Star Wars Rebels. Para los fans de la saga, se ubica entre los episodios III y IV y, como su nombre indica, trata sobre la Alianza Rebelde, sobre sus orígenes concretamente. Mientras que la producción ha estado a cargo conjuntamente de Simon Kerberg, Dave Filoni y Carrie Beck, el diseño de los personajes está basado en bocetos del fallecido Ralph Mcquarrie, que trabajó en la trilogía original –es el responsable, entre otras cosas, del aspecto de Darth Vader–.

Cualquier parecido con el Halcón Milenario es pura coincidencia
Y… ¿qué podemos esperar de esta serie? Pues la mano de Disney es alargada y se nota su influencia: si la serie de por sí tiene un tono infantil –está enfocada para niños, no lo olvidemos– añade personajes estereotipados propios de la compañía: protagonista joven que se termina convirtiendo en el líder y al que todo le sale bien, compañero cascarrabias en el fondo buenazo, personaje femenino supuestamente rebelde –no podía ser menos, con el título de la serie– que termina ocupando un rol secundario y previsible. Por el otro lado, el toque Star Wars también se nota en su vertiente más irritante: soldados imperiales que no aciertan un disparo ni a dos metros, por extensión protagonistas casi invulnerables hasta el aburrimiento y sobre todo, un irritante pseudo R2-D2 igual de ridículo que el de las últimas entregas.
Pero, ¿tan mala es realmente? Por suerte, no; Star Wars Rebels también reúne mucho de lo bueno –y realmente es mucho– de sus progenitores. La calidad de la animación resulta impresionante para una serie de televisión. Sencillamente es una delicia ver las naves, plasmadas con un detalle y mimo que ya les gustaría a proyectos de mayor envergadura. La trama, tras los capítulos de introducción y algunos de relleno, coge ritmo y termina por todo lo alto, cliffhanger incluido que hará las delicias de los fans. Y dejo para el final a uno de los protagonistas: Kanan Jarrus. Este personaje es la prueba de que una serie para un público infantil no tiene por qué adolecer de cierta complejidad y madurez. Kanan tiene una personalidad marcada y no necesariamente siempre correcta; a lo largo de la temporada evoluciona, sufre un cambio y madura. Funciona como un contrapunto a sus compañeros, como ya he dicho de tono mucho más plano. Personajes así enriquecen una serie –independientemente del público al que esté enfocada– y son muy de agradecer.
Si ya seguís la serie, aquí os dejamos el recién estrenado trailer de la segunda temporada.
Conclusión: ¿es recomendable ver Star Wars Rebels? A las palabras del Maestro Yoda me remito: Hazlo, o no lo hagas; pero no lo intentes.
¡Hola Fernando! Creo que ese ha sido uno de los mayores méritos de la serie, ha sabido recuperar el espíritu de la trilogía original como no supieron hacerlo las últimas películas o la serie Clone Wars. Es muy buen ejemplo el de la frase de Yoda, o la nave Ghost, que me recuerda muchísimo al Halcón Milenario. ¡Gracias por leernos!
Por cierto, ya que mencionas la famosa frase de Yoda al final, buenísimo el capítulo en el que Kanan se lo dice a Ezra y este empieza con un «pero qué dices, si no lo intento, ¿cómo lo voy a hacer?» y Kanan «bueno, sí, no, no sé, es lo que me dijeron a mi en su momento» xD