¿Sabéis cuando os levantáis un lunes con toda la pereza de empezar la semana y os dais cuenta de que todo es mucho mejor porque vuelve esa serie que os hace tan felices? Bueno, pues eso es exactamente lo que me ha pasado esta semana al darme cuenta de que empieza la tercera temporada de Please Like Me. Porque si hay para mí una serie que ejemplifique al máximo el concepto de happy place, esa es necesariamente Please Like Me. Y todo es mucho mejor sabiendo que durante varias semanas vamos a volver a tener en nuestra vida a Josh y compañía.

Para los que todavía no sepáis mucho de Please Like Me, os diré que se trata de una serie australiana de episodios de media hora que hace un par de años nos pilló a unos pocos por sorpresa. Una de esas series que los cuatro gatos que la empezamos entonces la descubrimos a base del boca-oreja. Siguiendo algún comentario aislado, empezamos esa serie que seguía a Josh, un chico que acababa de salir del armario (para el mundo y para él mismo), sus relaciones, su grupo de amigos y su familia, y nos enamoramos completamente. Y para cuando empezó la segunda temporada, habíamos conseguido convencer a otros pocos para que también la empezaran, porque extender la felicidad siempre es bueno.

En sí, la serie sigue un poco el espíritu de Girls y Lena Dunham, pero con su propio punto de vista y su propio tono. Es, quizá, una serie más fácil de vender que Girls, aunque sea simplemente porque, a pesar de esas actitudes y ese punto de vista tan millennial que tan mal parece que les sienta a algunos, es una serie con un fondo mucho más entrañable. Y que hace que querer a sus personajes se haga especialmente sencillo.

Y así, las relaciones de Josh nos han hecho morir de amor. Porque, a pesar de que a alguno igual le cueste más, tenerle cariño a Josh no es tan difícil. Y, sobre todo, porque igual que fue imposible no enamorarse de Geoffrey en la primera temporada, fue imposible no enamorarse de ese cacho de pan que es Arnold, al que conocimos en la segunda temporada.

Claro que no es solo eso. Please Like Me no es una serie únicamente sobre Josh, sino que incluye a todo su universo. Y en ese sentido, su grupo de amigos es estupendo. Todos ellos individualmente y en el momento en el que están, pero especialmente la dinámica que tienen, los convierte en un grupo de amigos tremendamente reconocible. Reconocible en el sentido de que podría perfectamente ser nuestro propio grupo de amigos. De que todos y cada uno de ellos hemos sido o podemos ser nosotros mismos en algún momento concreto. Y les tenemos el cariño que se le tiene a alguien a quien entendemos y que nos entiende.

Para completar el cuadro, la serie dedica también algo de tiempo a la familia de Josh a través de sus ojos. Y consigue crear personajes completos tanto de su padre como de su madre. Sin olvidarnos, por supuesto, de Mae, la novia del padre de Josh y robaescenas profesional.

Como digo, la serie es fundamentalmente entrañable. No es difícil entenderlos y, con sus cosas buenas y sus cosas malas, quererlos. Tiene un fondo que no es exactamente inocente, pero que hace que todo en ella sea amor, sin llegar nunca a un punto excesivo y empalagoso. Lo es todo en su punto justo, y consigue que nada resulte forzado en ningún momento. A todo esto hay que añadirle que es una serie divertidísima, con unos puntos tremendos con los que es imposible no reírse. Please Like Me, además, fue capaz en la segunda temporada de entrar en la temática de la enfermedad mental desde el cariño y la naturalidad, desde el humor y una honestidad muy propia. No era algo que le hiciera falta, porque ya había sido una serie absolutamente estupenda antes de eso, pero igualmente entró en ello, porque era el curso natural de lo que estaba contando, de sus personajes. Y a mí, personalmente, me hizo enamorarme de la serie al completo incluso más.

Es por todo esto que ahora que empieza su tercera temporada solo puedo pensar en lo mucho que me gustó su temporada inicial, y en lo mucho que superó mis expectativas su segunda temporada. Y sé que todo va a ser mucho mejor ahora que volvemos a tener a Josh y compañía en nuestras vidas.