La segunda temporada de la maravillosa Fargo ha llegado a su fin y los ‘fargoadictos’ no lo hemos podido pasar mejor con la gran calidad de estos diez capítulos. Siempre dicen que las segundas temporadas son las más difíciles y más aún si en la primera se derrochó calidad, buenos personajes y grandes historias. Era realmente complicado hacer “olvidar” a ese mafioso tan querido por todos, Lorne Malvo (Billy Bob Thorton), y al pardillo Lester Nygaard (Martin Freeman). Y aunque no los hemos olvidado, la segunda temporada de Fargo ha estado a la altura… ¡y de qué manera! Ya podían aprender otras… sí, True Detective, hablamos de ti. En Reino de Series hacemos un repaso de la segunda temporada para alabar lo maravillosa que sigue siendo esta serie de la que (casi) todos estamos enamorados.
AVISO: Este artículo contiene SPOILERS.
Fargo es equilibro entre muchas partes: calidad y arte, acción y diálogo, violencia y humor. Si por algo se caracteriza la serie de Noah Hawley es por ser el reflejo de la América profunda, esta vez representada a través del matrimonio Blumquist, y una reivindicación sobre la familia aunque sean como la mafiosa familia Gerhardt, centro del conflicto en esta segunda entrega.
Es posible que el arranque de temporada fuera confuso y no supiéramos muy bien por dónde iba a ir los tiros (nunca mejor dicho). Noah Hawley sabe contar buenas historias y también es un maestro a la hora de dosificar toda la información para crear intriga en el espectador. Por eso, probablemente, hasta bien entrado el tercer capítulo no nos situáramos muy bien dentro de esa “historia real” que ocurrió en la fría Minnesota en 1979. El único hilo conductor que une las temporadas es Lou Solverson (Patrick Wilson), ese viejo expolicía, padre de Molly Solverson (Allison Tolman) que regentaba una cafetería en la primera entrega y que hablaba de una tremenda masacre en Sioux Falls que le había hecho abandonar su trabajo.
Nada en Fargo ocurre por azar. Todas las piezas, las tramas, los personajes han encajado en un puzle perfecto. Dos frentes abiertos han guiado la temporada: la familia Gerhardt y los mafiosos de Kansas City. Entre medias, la familia Solverson (los buenos) y los Blumquist, un matrimonio feliz reflejo de la América profunda: Peggy (una grandísima Kirsten Dunst), empleada de un salón de belleza y, como hemos podido comprobar con el paso de los capítulos, loca de remate; y Ed (Jesse Plemons), un carnicero que sueña con formar una familia feliz. Ed y Peggy, tan diferentes y tan iguales, unidos por el “accidental” asesinato de Rye Gerhardt (Kieran Culkin) que les introducirá en una espiral de sangre, asesinatos y locura, mucha locura. Sin duda, Peggy Blumquist ha sido el mejor personaje de esta temporada: tan adorable y tan odiable a la vez. El bien y el mal, la locura y la cordura en una misma persona.
Fargo ha seguido con su esencia, incluso en algunos momentos ha superado la excelencia que consiguió con la primera temporada. Una temporada más redonda que incluso se ha permitido el lujo de caer en un deus ex machina con ese OVNI en el noveno capítulo que no sabemos de dónde sale ni por qué, pero salva a Lou de las manos de Bear Gerhardt (Angus Sampson). Fargo ha seguido su senda, la de la mezcla perfecta entre violencia y humor negro con un gran Mike Milligan (Bokeem Woodbine) que nos recuerda tanto a Lorne Malvo, sin perder esa estética y calidad. La estética de Fargo en esta segunda temporada ha sido muy setentera y tarantiniana con el magistral uso de la pantalla partida para mostrarnos dos, tres, incluso cuatro puntos de acción mientras la maestra banda sonora nos embobaba delante de la pantalla y nos dejaba pegados al sofá.
La segunda temporada de Fargo no nos ha defraudado, ni mucho menos. Hemos disfrutado de la acción, de la intriga, de la sangre y de las batallas. De personajes como Peggy Blumquist y Mike Milligan. Si algo ha tenido Fargo esta temporada es una gran lista de personajes y ninguno de ellos chirría: mención especial para ese indio Hanzee Dent (Zahn McClarnon) fiel a la familia Gerhardt y que cambia su rumbo al final de temporada, la matriarca Floyd Gerhardt (Jean Smart), Betsy Solverson (Cristin Milioti), el borracho abogado del pueblo Karl Weathers (Nick Offerman) y otros tantos. Fargo ha estado a la altura. ¿Es mejor esta segunda temporada que la primera? Para gustos están los colores y las comparaciones son odiosas. Si me tengo que quedar con una… ¡me quedo con las dos! La primera con Lorne Malvo y la segunda con Peggy Blumquist, sin duda.
Y todavía nos queda Fargo para rato porque FX ha renovado la serie por una tercera temporada que se estrenará en 2017 y tendrá lugar en 2010, cuatro años después de los sucesos de la primera temporada. Así que los ‘fargoadictos’ tendremos que sufrir la espera, pero mientras tanto, siempre podemos re-visionar estas dos primeras temporadas, dos pequeñas obras maestras.
Puedes ser el primero en comentar :)