Hola, buenos días y bienvenidos al manual 2.0 de la sexta temporada de Juego de Tronos. Por favor, no leer si no se ha visto el segundo capítulo ÍNTEGRO. O si ya pasas de todo y te dedicas a leer los resúmenes del episodio antes de verlo porque te va más el sado que Ramsay. Mientras tengas claro que aquí va a haber más SPOILERS que en los anuncios del programa de Bertín…
Sí, señoras y señores. ESO ha pasado. Ha sido LO QUE se esperaba. De hecho, es necesario advertir que este episodio no es que pueda herir la sensibilidad del televidente (que también), pero sobre todo puede provocar altas dosis de vergüenza ajena. Lo cual, en sí mismo, no es malo. Aunque dista mucho de ser realmente tan bueno como el Kinder. Y, bueno, dejemos LA GRAN SORPRESA para el final. Porque antes de ESA COSA, han pasado más. Como por ejemplo…
(All) Bran vuelve. Sí, y mucha crítica a los Lannister por dejarle sin poder andar, pero menudo favor le han hecho a los guionistas. Menos mal que lo dejaron sentado, porque si no se vería que ya mide 3,1416. En realidad, Bran se llama Brandon, y aunque está en un paraje nevado que podría ser Minnesota, sus Brendas andan por ahí corriendo aventuras. Pues resulta que el Brandon siente Sensación de Vivir cuando en uno de sus sueños se traslada a Invernalia y ve a su papá de pequeño, y al (no tan) pequeño Hodor, que hablaba… aunque tampoco mucho. Y aunque han pasado diez minutos del capítulo… tampoco ha pasado mucho.
La ¿acción? se traslada después al Castillo Negro. Se avecina una cruenta batalla. Los partidarios del señor Nieves toman las armas contra aquellos que le dieron aún más cuchilladas literales que figuradas y de pronto… llega el gigante verde –no el del anuncio del maíz, sino el de los salvajes- y se acabó la pelea. Ya está. Juan Nieves, vengado. Mientras tanto, el susodicho, yace en la mesa sucia cual Blanconieves del hampa. Esperando el beso que le levante… de la mesa. Pero sin Ingrid… ¡a ver quién sigue con el cuento!
En Desembarco del Rey, la gente murmulla de la rein(on)a Cersei como si fuera una Kardashian. Menos mal que su guarda, tan alto como Bran, acaba con todo(s). La rica pero pobre Cersei está en arresto domiciliario, un poco agorafóbica ya. Y no le dejan ni irse al entierro de Myrcella por culpa de su hijo. Qué rey más pelele. ¡Y es el único Lannister Lannister que nos queda! Mientras tanto, el gorrión supremo, que es un pájaro de cuidado, desafía a Jaime sin necesidad de sacar un triste tirachinas. Con lo que ha sido esta familia… No hay derecho a que la mitad del capítulo se lo dediquen a ellos y no pase nada. Cersei, a la que le duelen muchas cosas, además de la cara de ser tan guapa, demuestra ser bipolar: mala, desde luego, pero también madre. ¡Tommem esa! Su propio va(sta)go le obsequia en el día de la madre sin dejarle ir al funeral de su hermana y encima le perdona.
Hala, que para día de la madre el que viven los (descendientes de Michael) Bolton. Roose, el gobernante, es padre otra vez. Pero Ramsay, precedente de Psicosis sin saberlo, se lo carga antes de que pueda conocer al churumbel. Y, como sabe que a los niños les gustan mucho los animales, coge y se lleva al recién nacido a la perrera… Madre e hijo fenecen, en otra entrañable escena marca de la casa. Para estas elecciones, el partido animalista, como dice mi compi María Baz, ya tiene candidato.
Tyrion y Varys, por su parte, se convierten en criadores de dragones. Como César Millán pero en tamaño maxi. Nuestros particulares Mortadelo y Filemón de Mereen no tienen otra ocurrencia que ir a ver y liberar a los dragones de Danaerys… ¡con una antorcha de fuego en la mano! Menos mal que Tyrion nunca se quema: es nuestro Juan Pablo II, porque le quiere todo el mundo. Hasta las criaturas sobrenaturales.
Arya se ha quedado sin familia, sin vista, sin amigos y ahora también sin nombre. Le dan más palos que a Poli Díaz. Y aun así, se vuelve a marchar con el Valar Mongolis. Que hace falta ser confiada. Sosa Samsa, por cierto, al fin tiene noticias de ella. Pero le da igual, prefiere marcharse con su hermanastro Blanconieves, que ya ha tenido suficiente. Theon no la va a acompañar. Prefiere marcharse a su hogar, a Fraggle Rock, o como se llame eso, donde su familia está más enfadada que Laura Matamoros y Carlos Lozano. Y el padre acaba muriendo, empujado por su propio hermano, con un salto triple carpado hacia delante… y, por supuesto, mortal. A ver si el poder pasa a Asha…
Y AHORA SÍ QUE SÍ. Melisandre, que debería estar ya viendo obras o en el bingo, se transmuta en la bruja Lola. Y aunque no está muy segura de su poder, se pone manos al fiambre y un abracadabra por aquí, un afeitado de barba por allá, y ¡voilá! Juan Nieves pasa de cuadro de Rembrandt a Hellraiser en solo cinco minutos. Como al propio Blanconieves por parte de Melisandra, a los espectadores también nos han tomado el pelo. Porque este muerto estaba muy vivo (2). ¡Menos mal que la tatarabuela de tronos estaba en horas bajas! ¡En un día bueno te junta la cabeza de Ned con el cuerpo de Stark sin necesidad de loctite!
Aquí tienes ese momento del 6×02 en el que Juan de las Nieves hace lo que todos sabíamos que iba a hacer
También puedes leer:
GAME OF THRONES 6×03 O CUANDO NOS DEJAN BIEN COLGADOS
GAME OF THRONES 6×04 – LA COSA ESTÁ QUE ARDE
Puedes ser el primero en comentar :)