Commander, Commander Lexa, Heda Leksa, Heda o simplemente LEXA.
Supongo que ya sabréis de quién hablo y, si no lo sabéis, SHAME ON YOU. Es más, ni siquiera hace falta haber visto la serie para conocer a Lexa, ya que su personaje ha trascendido la propia narrativa de The 100 y ha inspirado una reflexión bastante necesaria en torno al tratamiento de minorías en televisión, de minorías LGBT+ en este caso. Y en el Reino es hora de convertirla en Diosa y subirla al altar de nuestras deidades, bastante variaditas, por otra parte, porque el Reino es como Poniente y aquí cada uno cree en cosas distintas y de momento no ha habido Boda Roja porque sabemos convivir bastante bien. De momento. También es que nadie ha osado poner en entredicho a las Pretty como diosas del mamarrachismo. Ojo a lo que decís (y a los SPOILERS).
El caso es que hoy estamos aquí para rendir culto a la comandante mapache, porque pocas personas rockearían así una sombra de ojos negra desparramada por media cara gobernando 12 clanes siendo aún una casi-adolescente. Seamos serios. Ni Kim Kardashian consiguió ese look en plena llorera.
A Lexa, la tía, no se le movía un pelo el maquillaje por más que estuviese luchando por su vida contra una mole con brazos que tenían la circunferencia de su cabeza. Nada. Lexa era pequeñita, pero matona, ya fuese con espadas o atravesándote el pecho con una lanza directa a tu corazón. O a patadas desde su balcón en esa torre que tenía como líder de los grounders, que venía siendo una vela gigante, muy a tono con su obsesión de candle vlogger. Que nos la pilla Ryan Murphy y le hace la peor de las torturas a manos de Red Devil… y ojalá, probablemente hubiese sido mejor que el estropicio de muerte que le reservó ese señor innombrable a quien nos referiremos como The Straight White Man™ de turno y BASTA.
Lexa no tiene tiempo para tonterías. Si bien en ella hay otro aspecto muy a destacar, que podía parecer dura por fuera pero era blandita por dentro, como un chicle Bubaloo. Y eso da mucha ternura porque la hemos visto varias veces al borde del colapso emocional, a pesar de que no se podía permitir mostrar “debilidad” frente a su gente. Por eso Lexa era una persona que hablaba poco, pero decía mucho con los gestos, con las miradas. En esto tiene mucho que ver la actriz que la interpretaba, Alycia Debnam-Carey, que supo transmitir toda esa contradicción de fortaleza a la par que vulnerabilidad, de tantas emociones contenidas, a través de las microexpresiones y de una forma de actuar sutil y equilibrada.
Y vamos a ser honestos, Lexa supuso un factor de cambio para la serie. Guste o no, el carisma de su personaje, así como toda la trama grounder, recibió críticas muy positivas y atrajo a mucha audiencia que se veía representada en ella porque… ¡sorpresa! Resulta que las chicas lesbianas no tenemos demasiados modelos positivos en los que vernos reflejadas en televisión. Shocking, I know… Está también la química entre Clarke y Lexa, que durante muchos momentos sostuvo la serie, especialmente en una tercera temporada en la que los agujeros argumentales aparecieron por todos lados y donde decidieron centrarse en la trama que menos interesaba al público (The City of Lighzzzzzzzzzzzzz). Y que un personaje tenga todo este impacto siendo, en teoría, una simple “actriz invitada” (you gotta love the excuses) sobra para ponerle la bandita de diosa del Reino, darle una corona y hacerle una fiesta con ponche y vasos rojos de plástico.
You’re welcome, Lexa. No quiero extenderme con lo que representó Clexa como pareja, porque esto va por ella de forma individual, como la líder badass, inteligente, leal a su gente, respetuosa y poderosa que era. Pero recuerdo que ya defendí en su día en este bonito artículo esa relevancia (cuando todavía era una chica inocente y no había muerto por dentro y perdido la fe en la televisión), y sí, también el hecho de que Lexa fuese lesbiana, Clarke bisexual y fuesen la pareja protagonista de la serie, que ya vi en alguna reacción que eso es algo que hay gente que todavía no capta. Vienes a mi casa, en el día de la boda de mi hija… ¡Por favor, un poquito de respeto ante la muerte y el duelo de los demás! Yisuscraist.
En fin, es una pena que una serie en la que muchas personas teníamos tantas esperanzas haya caído en el cliché de siempre, pero ahora que ya terminó (¿temporada 4? Desconozco de qué me hablas) ya tocaba el momento de hacer este homenaje a la gran Heda, un personaje épico y, de muchas maneras, ya icónico. Tanto en su personalidad, como en el potencial que le robaron, como en su simbolismo, como en la actuación de su actriz y hasta en su caracterización (un caramelito para hacer cosplays molones). Y un personaje que puede pasar de esto…
A esto…
Pasando por esto a tope…
Mucho de esto también…
Y ser capaz de mostrar, pese a todo su esfuerzo por evitarlo, esto…
Es un personaje que merece ser recordado y tener una religión y bañar sus ovarios en oro y lo que haga falta. The Straight White Man™ podrá habernos arrebatado muchas cosas, pero nunca lo que ya representas. Ahora ya tienes tu lugar en el Olimpo del Reino.
May we meet again, Lexa.
Si te ha gustado seguro que te gustará:
Alycia Debnam-Carey mis respecto a esta actriz. Joven y con un talento increíble. Su mirada, sus gestos y su dominio autoritario. Fueron claves en el gran éxito de la temporada. Su preferencia sexual no le quita, al contrario atrajo más espectadores. Me encanto su trabajo y se podía sentir la coneccion con Clark. Sin duda fueron las mejores en toda la serie. Me dolió que muriera tan rápido, esperaba más de ella.
Alycia Debnam-Carey tiene un carisma y un registro impresionante, cierto es que lograba mostrar tanto sin palabras y eso la hizo tan única, ser una guerrera poderosa y una adolescente bobamente enamorada al mismo tiempo.
Es por eso que dolió tanto perderle, el personaje era de los mejores construidos y daba para más, para mucho más.
Amén!! No lo pudiste haber dicho mejor. Todavía no puedo superar lo que pasó y me da coraje cada vez que lo recuerdo, pero definitivamente bien ganado el título de diosa 🙂