Ay, ay, no es de extrañar que este matrimonio se apellide King. Porque son los reyes. Vale que no en sentido literal, porque no tienen nada que ver con el trono en permanente juego ni con ‘Felipe y Letizia’. Pero ¡qué años llevan haciéndonos disfrutar!

Red Wheatus los mata bien muertos

Red Wheatus los mata bien muertos

Sobre el papel, esto de ‘Braindead’ tenía una pinta regulera, tirando a fatal. Una serie sobre extraterrestres en el Capitolio… podía ser un despropósito o un ejercicio hiperrealista. Pues, otra vez, estos señores han jugado con las expectativas y han creado algo distinto, original, apetecible. BUENO.

Laurel y Gareth, en una de sus escenas más verdes

Laurel y Gareth, en una de sus escenas más verdes

Tras ese paseíllo con vuelta al ruedo que han sido los siete años catódicos de Alicia Florrick, esa mujer no tan buena que protagonizaba ‘The good wife’, sus creadores quisieron desengrasar y hacer una comedia un tanto loca. Sin embargo, y como acostumbran, les ha salido más pegada a la actualidad de lo que aparentaba.

Porque, vamos a ver, ¿un bloqueo institucional? ¿Los demócratas y los conservadores  no se ponen de acuerdo y se hacen la zancadilla para que el otro quede mal? ¿Dónde hemos visto esto antes? Todo parecido con la realidad es pura coincidencia, porque en ‘Braindead’ los tejemanejes políticos están provocados por algo así como una infección de otro mundo. Y es muy sintomático que una serie que parte con un argumento tan esquizofrénico consiga dar lecciones y pautas a aquellos que, casi también en un ejercicio de ciencia ficción, no consiguen solucionar la papeleta (pos)electoral.

La audiencia. Ha decidido. Que el 'spin off' debería ser para...

La audiencia. Ha decidido. Que el ‘spin off’ debería ser para…

Pero, en fin, fuera del ámbito político, y del marciano, y del marciano ámbito político que presenta, ‘Braindead’ tiene en sus 13 capítulos de todo. Hay amor -en sus personajes y en sus tramas-, tiene una de las escenas de cama más arrebatadoramente surrealistas de la pequeña pantalla, hay investigación, hay música, hay tensión y hay… televisión. Porque este dramedia aparentemente banal va in crescendo hasta un desenlace que te deja saciado y con ganas de más casi en un 50%.

Y aunque los documentales de La 2 le hayan ganado en audiencia, y tenga menos posibilidades de volver que ‘Ellas y el sexo débil’ de la Obregón, tiene pinta de que todos los involucrados vayan a salir con bien del experimento. De momento, su protagonista, Mary Elizabeth Winstead, ya ha sido fichada para la tercera temporada de ‘Fargo’. Su partenaire masculino, Aaron Tveit, con ‘Gossip girl’ o la versión en directo de ‘Grease’ en su currículum, va a estar más solicitado en los USA que Terelu por estos lares. Y alguno de los secundarios –Gustav, Rochelle, Wheatus– merecerían un ‘spin off’ en condiciones.

Y ¡qué decir de sus ‘previously on’! Una forma de presentar lo que pasó en los capítulos anteriores que podría provocar que al más seriéfilo le explotara la cabeza. Así que, en fin, la serie estará dead, pero qué buen rato le ha hecho pasar a mi brain. Y a mi heart.