Faking it fue una de esas series que comencé a ver por recomendación de las grandes del Reino que, sin ninguna duda, saben qué es lo que me puede gustar. Una serie de instituto nada tradicional. Los guays son los reprimidos y los raros dominan el patio del recreo. Un sitio en el que no me habría importado estudiar, vaya. Aunque, cómo no, los problemas de los adolescentes siempre están ahí. Líos amorosos que nos llevaron a odiar a Liam Booker y tacharlo de personaje no querido en el reino, temas de sexualidad dudosa, familiares que dan por saco, amigos en los que confiar (o no) y fiestas que no salen como esperamos. Lo típico vaya. ¿Lo bueno entonces? Que hacen que no parezca lo típico.

Y de todo ese relío sale el personaje de Lauren Cooper. La primera impresión es la de pija asquerosa que te va a hacer la vida imposible y que, como ya nos enseñó Jaime en el tutorial seriéfilo de cómo ser la bitch la serie, cuenta con las secuaces perfectas que toda rubia de instituto debe tener. ¿El problema? Que realmente no cumple ninguno de los otros 3 requisitos.

Lauren ni es realmente mala, ni disfruta con el sufrimiento de los demás. Más bien intenta ser la mala para ganarse el respeto, pero acaba siendo el hombro de todos en algún momento, cuando ella misma es la que peor lo pasa.

Si perder el título de Reina del instituto porque tu hermanastra decide poner en práctica el plan secreto de su mejor amiga para ganarse la popularidad no es suficiente mal, acabar enamorada de un medio farsante que ni siquiera es del instituto y que todo el mundo acabe sabiendo que tienes los dos cromosomas pero que decidiste escoger ser chica, no ayuda demasiado.

 Así que por mucho que quisiéramos odiarla, sus problemas en el instituto y su extraña amistad con Shane hacen que necesitemos que sienta que alguien la quiere dentro de la serie. ¿A quién no le maravilla el momento baile a lo High School Musical con Shane? O sino el pequeño te perdono la vida y soy tu amigo durante un minuto porque deberías hacerte la foto desde este ángulo…

El momento Croquembouche tampoco tiene desperdicio, y ese momento en el que le dice a la madre de Amy que es su única amiga nos rompe el corazoncito. Porque al final siempre ha sido la hermana que cotillea para malmeter pero acaba apoyándote y diciéndote lo que no quieres oir pero es necesario que alguien te diga. Porque al final es la única que tiene un buen lío amoroso pero no se queja. Porque ser la rubia tonta pija del instutito también puede ser difícil en un sitio como este, Lauren Cooper merece ser adoptada.

¿Quién sino va a mantener a Amy a raya mientras Karma se deshace el lío que tiene montado en la cabeza?