The Good Wife afronta su séptima temporada dando más protagonismo a uno de nuestros personajes favoritos, el gran Eli Gold. Un secundario que merecería ser el protagonista de su propia serie y que es interpretado por un brillante Alan Cumming, todo un personaje, delante y detrás de la cámara. Nuestro solucionador de problemas favorito es manipulador, irónico, cínico, arrogante, ambicioso y escaso de escrúpulos… y aún así nos encanta y nos fascina.

En esta temporada, por fin se ha convertido en un personaje imprescindible en The Good Wife, gracias a esa dinámica perfecta que ha consolidado con Alicia y al duelo de titanes que va a protagonizar con otra grande, Margo Martindale, es decir, la nueva jefa de campaña de Peter, Ruth Eastman. Nos va a dar grandes momentos, y lo sabemos. Aquí van nuestras razones para amarle con locura:

 -Es casi perfecto.

– Y tiene la capacidad de solucionar cualquier problema, mientras es adorablemente malvado.

– Con él, hemos aprendido cómo funciona la trastienda de una campaña electoral y cómo se ganan unas elecciones. Nunca se sabe cuándo nos va a venir bien esta información.

 

-Nos encanta su gusto cinéfilo.

– Su relación con Alicia siempre nos deja ver su lado más tierno. Se adoran y respetan, y son una de las pocas constantes de la serie.

– Marissa es su hija y eso ya da un montón de puntos.

– Aunque su relación con las féminas no es sencilla. Tiene una ex-mujer y en siete temporadas sólo le hemos visto flaquear por una mujer, Natalie Flores.

– Odia cuando algo se escapa de su control. Pero seamos sinceros, nada escapa al control de Eli Gold en este planeta.

– Hasta que ha llegado Ruth. Y por fin, tras mucho buscar, ha encontrado una rival a su altura.

Irene (El blog de las SA)

– Y porque en el fondo es un buenazo y un poco pringado, y se ha ganado nuestro corazón.