Se acaba la tercera temporada de Orphan Black y nosotros seguimos sin saber qué nos están contando cuando nos hablan del proyecto LEDA y del proyecto CASTOR. Pero no pasa nada porque nosotros al Clone Club hemos venido a disfrutar, a reírnos con Felix y a maravillarnos con las dotes interpretativas de Tatiana Maslany.
Cada uno de los personajes interpretados por esta canadiense de colmillitos perfectos son dignos de sacar con pinzas de ese drama militar en el que han convertido a la serie y depositarlos en un instituto americano. ¿Quién no se ha imaginado un Glee Club compuesto íntegramente por clones? Las posibilidades de retorcer el argumento hasta volverlo completamente mamarracho a la vez que turbador tienen ensimismado al mismísimo Ryan Murphy.
Si todavía no has caído rendido ante los encantos de la ciencia que Cosima Niehaus te puede enseñar, vamos a darte 10 razones para amar a la científica más entrañable que nos ha dado la televisión. Y que nos perdone Ana Obregón.
Siempre está disponible para hacer Skype, aunque vaya fumada.
Habla idiomas y lo utiliza con fines puramente profesionales, nunca sexuales.
Es de las que te tumba en la cama y te pregunta «¿estás segura?» antes de tomar tu virginidad y desflorarte.
Y después sale a comprarte helado en mitad de la noche, llevando ropa interior y gabardina cuando fuera está nevando.
Es capaz de sacarse un ojo sólo para poder verte mejor. Y sin disimular.
Te deja las cosas claras desde el principio, sin tonterías.
Es una pagafantas de manual.
Se preocupa por el éxito comercial de las tiendas de protectores para ordenadores y móviles.
Es capaz de tener una palabra de ánimo aunque todo vaya mal.
Si te huele a fritanga la cocina sólo tienes que poner música y ella lo dispersa.
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