¡Hola, cari! Sí, te voy a llamar «cari». Porque a ver, si hace un año me permitías que te tutease, ahora bien me puedes permitir esto, que este ya es el segundo caso en el que trabajamos.
Después de resolver la desaparición de la pequeña Alicia gracias a las 10 pistas que encontramos en el piloto de la primera temporada, ha llegado la hora que nos enfrentemos a un nuevo caso. En esta ocasión, nos trasladamos a un hospital. Hace semanas que desapareció una doctora, hija de un político francés. Nadie sabe nada de ella pero toda esperanza desaparece cuando otra enfermera del mismo hospital es secuestrada y aparece muerta horas más tarde, con signos de haber sido violada. Cualquiera puede haberla matado. Todos son sospechosos. Incluída la desaparecida, que ya me parecería muy fuerte que fichen a Leticia Dolera para aparecer solo en fotos. ¡Hay que atrapar pronto al culpable! ¡Este es un nuevo caso para la policía del Reino!
Analicemos las pistas:

«Mira, yo también sé poner cara de Blanca Romero»
Pista nº1. No está Blanca Romero. La que fue la sensación de la primera temporada no regresa para seguir destrozando el concepto de interpretación con sus caras de palo estreñido y su voz de «en un par de años soy Marilyn Manson». Que no esté tiene dos cosas buenas: que no tenemos que verla y que podemos descartarla como asesina.
Pista nº2. Dejamos atrás el rural montañil (si es que existe esa palabra) para adentrarnos en los entresijos de un hospital. ¡Que ya era hora de volver a un hospital! Hospital privado, eso sí. Que en este país solo los guionistas privatizan más que el PP.
Pista nº3. No hay bar. Sí, cari, has escuchado bien. ¡No hay bar! Claro que habrá bar en el hospital, como en todos, pero aquí los amigos guionistas han decidido que las historias no vayan por ahí. En la primera nos quitaron las tetas y en esta nos quitan el bar. En la tercera la muerta es la abuela. Caso resuelto.
Pista nº4. ¿Qué tenemos? Pues tenemos un juego de beber buenísimo. Cada vez que Lluís Omar diga «¿qué tenemos?», chupito. Cogorza del quince antes de que Antena 3 corte a publicidad. Que ya es decir.
Pista nº5. No está Blanca Romero, pero sí está el poli tonto. Sí, el pueblerino ese de la primera temporada. Ese al que tratan de estúpido pero lo ascienden y es el único que encuentra pistas pero aún así es el tonto porque los chistes, si los dice Lluís Omar, no son chistes. Todo un acierto que regrese este personaje para decir justo lo que estamos todos pensando, más una gracieta para aliviar tensiones. La Agente Ortega de Gran Reserva en alma presente.

¿Tú sabes lo que es un fistro?
Pista nº6. El primero que se ría, pierde. No, cari, no lo intentes. A ti te van a hacer gracia los chistes del poli tonto. Solo hay dos personas que pueden asumir este reto. Y cuando digo personas, quiero decir cyborgs. Y es que Lluís Omar y Concha Velasco se han montado su propia competición. El que se ponga más serio, gana. Mira, para una cosa que hacía bien Blanca Romero…
Pista nº7. ¿Sabes cuando vas a coger un clip y te salen quince enganchados? Pues eso les ha pasado esta tempora con los actores de Bajo Sospecha. Madre mía, qué derroche. Hay tanta cara distinta que vamos a tener que buscar al asasesino jugando al Quién es quién. Pero oye, no me quejo. Da gusto un elenco de actores tan completo y tan sólido.
Pista nº8. Para que Lluís Omar lo pase un poco mal, le han puesto una collegue francesa. Francesa de la mismísima Francia con su buen acento parisien, en vez del francés cerrado de Albacete suroeste al que nos acostumbrados la televisión española. Lo mejor es que esta mujer ha venido aquí para hacer lo que mejor hacen los franceses. ¿Tirar al suelo nuestros tomates? Exacto. Tocar las pelotas.
Pista nº9. Pero lo mejor de este nuevo arranque de Bajo Sospecha es que han aprendido el significado de la palabra sutileza y ¿quién sabe? Tal vez la pongan en práctica para la tercera temporada. De momento nos tendremos que conformar con que en este primer espisodio no hayan parecido culpables absolutamente todos los personajes y el capítulo no haya sido una celebración del día internacional de «pon cara de malo».
Pista nº10. Hace un año te decía que no desconfiases de la prima porque no iban a repetir culpable de Desaparecida. Pues bien, me equivoqué. Lo siento mucho y no volverá a ocurrir. Lo mejor será que desconfíes de todo el mundo. Sí, incluso de Blanca Romero. Porque yo, hasta que no vea su cadáver, seguiré durmiéndome con miedo a que vuelva. Como con los pantalones de campana.
No sabemos quién será el asesino, pero todo pinta que nos lo pasaremos mejor que nunca descubriéndolo. ¿Te sumas a la investigación?
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