Con pocos episodios emitidos Quantico ya se ha convertido en uno de los estrenos más importantes de la segunda mitad del año porque tiene todos los elementos necesarios para mudarse a The CW aunque en realidad pertenezca a Freeform ABC. En lo que va de primera temporada ya hemos aprendido más que en cinco años en la universidad.

1. No hay suspensos

El sistema educativo que nosotros conocemos se equivoca al calificar con Aprobado o Suspendido. En Quantico han encontrado un método mucho más efectivo: o apruebas o mueres. El procrastinar se va a acabar porque cuando te tiren a una piscina atado con bridas a tu compañero y se te esté acabando el aire en los pulmones verás como no te viene a la cabeza eso de “me he quedado en blanco”.

Que no se note que no me he duchado antes de entrar

2. La belleza es importante

Sabíamos que la forma física era fundamental para pasar las pruebas y que una vez estabas dentro del FBI ya lo normal era ganar panza y comer donuts por las mañanas en la comisaría. Quantico nos ha enseñado una nueva realidad de cara guapa in corpore sano: además de levantar ancianas con los bíceps, allanar carreteras con los pectorales y ser capaz de comer en la mesa haciendo sentadillas, es imprescindible que hayas ganado el certamen de belleza de tu pueblo, te hayan coronado rey o reina del prom y puedas desfilar con los Ángeles de Victoria’s Secret. Todos sabemos que FBI significa Flawless Body Instructor.
 

3. Los secretos también

Todo miembro del FBI que se precie debe de tener las manos manchadas de sangre antes de entrar en la academia. Lo de estar libre de antecedentes es como el beso en la boca: cosa del pasado. Ahora la moda es haberle disparado a tu padre, tener acciones en una empresa que fabrica explosivos o contacto con miembros de un grupo terrorista. Si hablas árabe o has vivido en Gaza por motivos que no vienen a cuento te dan un par de condecoraciones extra para que puedas ponerlas en tu uniforme.

4. Los vestuarios son compartidos

Estamos acostumbrados a ver cierta Tensión Sexual No Resuelta (TSNR) entre los miembros del FBI y demás cuerpos de seguridad porque, claro, muchas horas de guardia en el coche, las patrullas, el gimnasio… Y al final terminas recibiendo un tiro innecesario en el hombro para salvar a tu compañero de misión y pareja ocasional. Esto se acaba si desde la academia ya compartes habitación y vestuario con los aspirantes a policía porque cuando sales de Quantico ya te los has pasado a todos por la piedra te has sentado encima de ellos en el asiento trasero de un coche. Si algo nos ha enseñado Emily Fields es que la mejor forma de librarte de la tentación es caer en ella y, cuanto antes, mejor.

5. Hay más práctica que teoría

Los profesores en Quantico pasan de explicar y leer apuntes sacados del libro que ellos mismos han escrito. Las clases son presenciales e interactivas, que para estudiar desde casa ya tienes el Instituto de Rosewood. Un recorrido lleno de barro y obstáculos, un chaleco antibalas, una pistola de paintball, un edificio secuestrado por terroristas… Las asignaturas más demandadas para rellenar los créditos de libre configuración son las de Desactivar Explosivos: el cable rojo o el azul y El arte de saltar de tejado en tejado.

 

6. Los profesores te pueden coger manía

Esto pasa hasta en las mejores universidades pero la cosa se complica cuando el profesor lleva una pistola en el cinturón. Lo que antes podía suponerte la expulsión de clase y que pasases la mañana en la cafetería de la facultad ahora se convierte en un problema de Estado. Un poquito de resquemor por parte del profesor equivocado y terminas involucrado como autor material en uno de los atentados más importantes de la historia de Estados Unidos. Y a ver cómo explicas en casa que tú no has hecho nada, que ha sido el tutor que te ha cogido manía.

7. Los botones de la camiseta

Los Estatutos del Buen Decoro de Quantico (pendientes de aprobación por parte de la Asociación de Padres Cansinos de América) exigen que, como mínimo, lleves dos botones desabrochados del cuello del uniforme. La moda hipster de llevar la camiseta apretada hasta el gaznate puede suponerte en la Academia del FBI parecer sospechoso de cualquier maldad además de confirmar a tus compañeros que eres un parguela. Alex Parrish, que es la Hermione Granger de Quantico, nunca ha llevado más de tres botones abrochados. Cuánto más enseñes mejor será tu posición en la jerarquía de los federales.

Por los botones ya sabemos quién es el papafrita de la promoción y quién será reina del prom

8. El arte del camuflaje

Los camaleones cambian de color para ocultarse, Harry Potter tenía la capa de invisibilidad de su padre, las prettys se giran sobre sí mismas en una pared y se mimetizan con el entorno, Álex y Cristina hacían Chas! y aparecían a tu lado… y en Quantico se ponen la capucha de la chaqueta o una gorra del FBI calada hasta los ojos y BRUJERÍA. Esta habilidad es muy útil cuando quieres escapar del escenario de un atentado o pasar por delante de las cámaras de seguridad cuando tu fotografía se ha distribuido en todo el mundo porque estás en búsqueda y captura.

«I’m Jenny from the block»

«¿Pero esto no eran las Ramblas?»

9. Todos son muy buenos investigadores…

En Quantico valoran la amistad y el buen rollo por encima de todo por eso la primera semana de clase ya te incitan a rebuscar en el pasado de tus compañeros. Cuando otras universidades tienen la Semana de Bienvenida en la Academia del FBI se montan un Sálvame: a cada aspirante le entregan un archivo con documentos confidenciales de otro alumno para que encuentre información falsa. La gente normal miente en su nivel de inglés en el currículum y ellos en cosas tan insignificantes como haber cometido homicidio involuntario o que tus padres viajasen en uno de los aviones que se estrelló el 11-S.

10. …Pero es muy fácil mentirle al FBI

El control de antecedentes y las pruebas psicológicas de acceso por parte del FBI antes de ingresar en Quantico son una barrera infranqueable. Por eso entre los miembros de la actual promoción encontramos dos gemelas que se hacen pasar por una, un alumno con problemas psicológicos que termina matando a un instructor, un marine infiltrado, un llorón enchufado que se derrumba a la primera de cambio…

 

Con todos estos conocimientos adquiridos en tan poco tiempo no es de extrañar que el Ministerio de Educación ya se esté planteando implementar el método en nuestro sistema educativo. De cara a este Erasmus Militar os damos unos consejos infalibles para que os preparéis de la mejor manera antes de entrar en la Academia de la que han salido algunos los grandes policías de la historia como son Toby Cavanaugh de Pretty Little Liars, el pastor alemán de Rex, Un Policía Diferente o el sargento Carl Winslow de Cosas de Casa.

«Yo elijo a Charizard»